Mil millones sujetos a nota

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

Las universidades plantean que hasta el 50 % de los fondos económicos se vinculen a objetivos; la cifra equivaldría a mil millones en cinco años

03 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2015 es el año en el que se negocia el nuevo marco económico de las universidades gallegas hasta el 2020. Comenzó a trabajarse ya en el 2014 y la fecha prevista para que el documento esté terminado es julio. Pero ¿qué negocian Xunta y rectores? ¿Qué cifras manejan? ¿Qué criterios? El plan que todavía está en vigor recoge unos dos mil millones de euros en total, una cifra que según todas las previsiones no se elevará. Pero sí cambiará la estructura y el modelo de reparto. La financiación vigente recoge que cada año haya un mayor porcentaje de dinero que se vincule a la consecución de resultados y no a los fondos estructurales. Este año en concreto en torno a un tercio del dinero ya se reparte en función de estos indicadores.

El presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, en los pocos avances que hizo del nuevo plan de financiación, insistió en elevar este porcentaje y no se ha encontrado con el rechazo de las universidades. Al menos Vigo y Santiago parecen estar de acuerdo en que cada vez haya más recursos económicos ajenos a los fondos básicos, llegando a proponer incluso un 50 %, lo que supondría mil millones de euros en todo el período 2016-2020.

Reticencias de Facenda

¿Y qué dice la Xunta? En la negociación del plan están presentes la Consellería de Educación, de la que dependen las universidades, pero también la de Facenda, no en vano hay muchos millones en juego. Para esta última el que mil millones se repartan en base a resultados no es una mala idea, siempre y cuando las universidades tengan claro que el resto debe ser suficiente para financiar los gastos estructurales, explican fuentes universitarias. Es decir, de nada le vale a la Administración dar más fondos en base al cumplimiento de indicadores científicos, de transferencia a la sociedad y académicos; si después los rectores piden más dinero porque no les llega la parte de financiación estructural.

¿Cuáles son los indicadores?

En las reuniones que se han mantenido entre Xunta y universidades aún no se han definido cuales son los criterios de reparto en base a resultados -muchos ya están presentes en el actual plan-, pero se plantean todos aquellos relacionados con la docencia, la investigación, la producción científica y la transferencia de tecnología. Por ejemplo, sexenios de investigación del profesorado, tasa de alumnos que se gradúan a los cuatro años, artículos en revistas científicas por impacto de publicación, patentes, premios extraordinarios de los titulados, ingresos por proyectos competitivos... todo aquello que implique que una universidad está haciendo bien su trabajo.

Financiación básica

Además del dinero que se reparte a las universidades en función de los resultados, las instituciones deben recibir también una financiación básica para sufragar los gastos estructurales -fundamentalmente personal y funcionamiento-. Tampoco hay ya un acuerdo en este sentido, porque aún se están planteando en las reuniones los criterios generales. Por ejemplo, esta financiación históricamente se ha hecho en función del número de alumnos de la universidad, pero no todas están de acuerdo, «porque suporía concluír que so temos docencia, cando a universidade ten tres vertentes: docencia, investigación e prestación de servizos», explican.

Sin postura común

Aunque sin enfrentamiento, es evidente que cada universidad tiene sus peculiaridades, y por lo tanto sus intereses a la hora de negociar las condiciones del nuevo plan de financiación varían. «Hai unha perspectiva diferente», sostienen desde las propias universidades, lo que no quiere decir que sean visiones contrapuestas. El plazo para acabar de negociar es julio, pero el cambio del titular de la Consellería de Educación provocó un estancamiento en las reuniones de en torno a un mes. Aún así, ahora se han retomado los encuentros y mientras algunas partes consideran que el documento puede estar listo en julio, otras lo ven muy apresurado.

Las cifras de la universidad

Desde el año 2009 el sistema universitario gallego perdió 86 millones de euros en sus presupuestos. Su financiación es básicamente pública y no ha sido ajena a la crisis. Tampoco las instituciones han sido capaces de captar más recursos externos para paliar este déficit de fondos. De los 86 millones que perdió el sistema en global en sus cuentas, la USC se llevó la peor parte con casi un 20 % de disminución en sus presupuestos; en A Coruña fue de un escaso 16 %; y en Vigo de algo más del 10 %.