La sangre de la trituradora es de la inquilina del descuartizador

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

VICTOR LERENA | EFE

La Guardia Civil confirma sus sospechas sobre el lucense de Majadahonda

24 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Guardia Civil ya no alberga ninguna duda de que la argentina Adriana Giogiosa, de 55 años e inquilina de la casa de los horrores de Majadahonda, fue asesinada. Los peritos de criminalística del instituto armado confirmaron en las últimas horas que los restos orgánicos hallados en la trituradora de carne del garaje de la vivienda son de la mujer, al igual que las trazas de sangre rescatadas de las cañerías y de la bañera de la casa. El ADN recuperado coincide al 99 % con las muestras biológicas que aportó el hermano de Adriana a la Guardia Civil en una visita a Madrid.

Esas muestras serán, según fuentes de la investigación, las pruebas de cargo que servirán para acusar formalmente del asesinato al casero de la víctima, el lucense Bruno Hernández, de 32 años, que está en prisión provisional desde el 9 de abril y que desde el principio ha negado saber nada del paradero de su inquilina. No obstante, aún no han aparecido los restos de Adriana Giogiosa, que supuestamente fueron descuartizados por Bruno Hernández y arrojados a unos contenedores tras intentar pasarlos por una trituradora trozos del cuerpo de la mujer. Por el momento, los investigadores de la Guardia Civil no han encontrado ningún rastro en el vertedero de la localidad de Pinto, adonde se llevan los residuos urbanos que se recogen en Majadahonda.

Según el relato de algún vecino, se cree que el asesino pudo haber sacado los restos de la casa en bolsas grandes y oscuras. Según los investigadores, el autor del crimen limpió la casa con lejía o algún producto similar e incluso pintó una parte de la vivienda. Sin contar probablemente con que los agentes de investigación criminalística iban a encontrar restos biológicos tanto en la trituradora como en las paredes, y que iban a extraer el ADN suficiente para demostrar que son de la desaparecida.

Gritaba «¡Lucifer!»

En el piso de Bruno Fernández, situado en Móstoles, aparecieron el móvil, el ordenador y las llaves del coche de la inquilina argentina. Las sospechas sobre el hombre natural de Lugo fueron alentadas ya desde el inicio por los vecinos del edificio en el que vivía Bruno. Los residentes en el bloque relataron que era un hombre muy extraño que, entre otras cosas, gritaba por la ventana «!Lucifer!».

Hallados restos biológicos en una finca de la tía de Bruno, que sigue desaparecida

La Guardia Civil encontró ayer restos biológicos durante el registro de la finca propiedad de la tía Bruno Hernández. Según fuentes de la investigación, perros del instituto armado especializados han ayudado a los agentes a localizar los restos, que han sido recogidos y ahora serán enviados a los laboratorios de Criminalística de la Guardia Civil, donde serán analizados. Agentes de la Guardia Civil registraron durante más de cuatro horas, en presencia del detenido, la finca, que está situada a las afueras de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), y que pertenece a Lidia Hernández, tía del arrestado.

Esta mujer está también desaparecida. La Guardia Civil la busca porque, según el detenido, fue ingresada en una residencia, pero por el momento no se ha podido dar con ella. Lidia Hernández es también la dueña del piso de Majadahonda en el que vivía de alquiler Adriana Giogiosa y en el que se encontró sangre que ya se ha confirmado que es de ella.

Nacido en Lugo

El detenido como supuesto autor de la muerte de la mujer argentina que residía en la casa de Majadahonda que le había alquilado nació en Lugo, donde reside su madre. Sin embargo, Bruno no mantiene ninguna relación con Galicia desde hace años, pues su padre se lo llevó de la ciudad cuando era todavía muy pequeño.

La madre no sabe nada de su hijo. En 1995 trató de encontrarlo acudiendo al programa Quién sabe dónde, que presentaba Paco Lobatón. Llegó entonces a contactar con algunas personas que sabían de su existencia en Majadahonda, pero no pudo localizar a Bruno.