«Los gallegos en Venezuela no están conspirando y eso Nicolás Maduro lo sabe»

Tamara Montero
tamara montero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

31 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Se alimentan con eso, Es como una manera de llamar la atención». Estos días han sido los gallegos, y mañana puede ser cualquier otra cosa. Lo dicen venezolanos como Carlos Acosta, que ayer estaba a punto de terminar el Camino de Santiago y que cree que los adeptos al régimen de Maduro «encuentran estas historias para justificarse» y para justificar la situación de un país en el que, según relata Acosta, las madres, para comprar pañales, deben aportar la partida de nacimiento y tan solo les dan un número determinado durante un tiempo. «Para comprar jabón te meten en el sistema y si intentas ir a otro sitio a comprarlo te dicen que no te lo venden porque ya has adquirido todo el que podías», relata. «Hay gente que lo pasa mal hasta para conseguir su comida», dice Acosta.

En la misma línea se expresó ayer el presidente de la Asociación de Amigos de Venezuela, Miguel Pérez, que aclara que la Hermandad Gallega «es un club sin ánimo de lucro que ofrece servicios de salud, deportes, y estudios a los hijos» de los gallegos. Y va más allá: «Los gallegos no están conspirando en Venezuela y eso Nicolás Maduro lo sabe», sentencia. No se ha oído de la boca del gobierno esa acusación «y el día que Maduro lo diga entonces sí les expropiarán», añade Pérez, que también aclara que «tampoco los empresarios gallegos están conspirando, trabajan y sacan adelante su negocio».

«Interés publicitario»

Entonces, ¿por qué se ha dicho esto? «Puede ser algún partidario del régimen con algún interés personal o publicitario. Tú como periodista, sabes que puedes lanzar una bola para que tu nombre ruede por todo el país». Pero tampoco significa que la sociedad venezolana piense lo mismo. «Españoles, italianos, portugueses, americanos... todos viven con sus familias y están integrados», explica Carlos Acosta. «Esta ya es la tercera generación de descendientes de gallegos, porque los primeros llegaron el los años 50, y siempre se han integrado en el sistema democrático venezolano», tercia Miguel Pérez, que añade: «Vamos a decir que Venezuela es una democracia. Acusar de algo así a alguien sin base no puede ser», aunque también reconoce que el programa En tierra hostil «pudo exagerar algunas cosas».