Freixeiro, entre basura y droga

Carla Elías Martínez
Carla Elías NARÓN / LA VOZ

GALICIA

ANGEL MANSO

El absentismo escolar es uno de los principales problemas del poblado

23 mar 2015 . Actualizado a las 11:17 h.

Entre la AP-9 y el polígono industrial Río do Pozo se encuentra, en el barrio naronés de Freixeiro, un poblado chabolista que se ha convertido con el paso de los años en uno de los puntos de venta de droga principales del noroeste de España. Pocos son los que se atreven a adentrarse en esta zona aislada que, aunque cuenta con servicios municipales básicos como agua corriente, saneamiento, luz pública o recogida de basura, la realidad es bien distinta. Los niños juegan en la calle entre la basura y chatarra, muchos sin acudir al colegio y viviendo en construcciones en condiciones nefastas.

En el campamento hay levantadas 27 chabolas. Son de madera o bloques, dependiendo de la familia y la actividad a la que se dediquen. «Algunas están sin ocupar porque ya están en malísimas condiciones», explica la concejala de Acción Social, Catalina García. El Concello tiene censados allí 89 residentes -40 hombres y 49 mujeres-, de los cuales 19 son menores de edad. Pertenecen a 23 familias, todas de etnia gitana. «Algunas están asentadas desde el principio, otras son familiares que han ido viniendo a lo largo de los años», detalla.

El Servizo Sociocomunitario Municipal y la Fundación Secretariado Gitano llevan a cabo un programa social en los campamentos del municipio para buscar el realojo de sus habitantes en viviendas de otros barrios y fomentar su integración. Un plan que sí tiene sus frutos con residentes en otros poblados como los de San Mateo o San Xiao. Pero Freixeiro «es otro mundo», reconocen.

Otro de los objetivos que persiguen es la plena escolarización de los niños, uno de los principales problemas del poblado de Freixeiro. Señalan que es muy complicado que las familias se conciencien de la importancia de que sus hijos reciban la educación necesaria para salir de esta situación. «No todos están escolarizados, y tienen mucho absentismo. Es muy difícil conseguir que lleven a los niños todos los días a clase», explican.

Este asentamiento se formó a mediados de los años setenta en terrenos de Cáritas. Entonces, la situación era bien distinta, recuerdan los vecinos. «Hacían vida normal en el barrio. Podías verlos en los bares, jugando la partida con otros vecinos», explica la presidenta de la asociación de vecinos, Maribel Mouriz. Sin embargo, con la entrada en la cárcel de uno de los patriarcas que guiaba el poblado, la situación se transformó irremediablemente al entrar la droga. En investigaciones judiciales, el campamento de Freixeiro ha sido considerado «el gran supermercado de la droga» que atrae a compradores de Galicia, Asturias y Castilla y León, contabilizando en el 2011 unas mil personas que acudían diariamente a comprar.

Los vecinos cuentan que, aunque la situación está más calmada, cada vez es más habitual el trasiego de gente que se acerca a pie al mediodía, coincidiendo cuando la Policía Local, que colabora con la Policía Nacional en el control de la zona, se encuentra en los dispositivos de salida de los colegios e institutos. La afluencia de coches, señalan, se reserva para la noche. «Nunca ha dejado de ser un supermercado de droga», lamentan.