La Xunta administra ya 41 millones de las fianzas de pisos de alquiler

Carlos Punzón
C. Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Las multas por no depositar las garantías suman 143.000 euros desde el 2011

17 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es una obligación de la que todo el mundo esté al corriente, más bien todo lo contrario, pero como con toda ley, su ignorancia no exime de su cumplimiento. Desde el 2011 la Xunta es el obligatorio depositario de todas las fianzas que entre particulares se establezcan por el alquiler de casas, pisos, oficinas, locales comerciales o naves industriales. No es una norma exclusiva de Galicia, casi todas las administraciones autonómicas realizan también ese mismo papel de árbitro de los arrendamientos y custodio de las mensualidades que se establecen como señal para paliar impagos o desperfectos en los inmuebles arrendados.

Pero pese a que dicha obligación, en teoría, ya estaba en vigor desde hace lustros y el depósito de las fianzas quedaba antes en manos de las cámaras de la propiedad inmobiliaria, la mayoría de los propietarios aún evita dar transparencia a sus contratos de arrendamiento para tratar de sortear la lupa de Hacienda.

Dicha circunstancia queda probada por el hecho de que desde que la Xunta activó el decreto por el que asume el depósito de las fianzas hace menos de cuatro años, ha administrado las señales de 66.782 contratos de alquiler, cuando Galicia tiene registradas 120.776 familias viviendo en dicho régimen. A esa cifra habría que añadirle el arrendamiento de oficinas y locales, además de pisos y casas de temporada, especialmente en verano.

Con todo, la Xunta ha consignado el depósito de 40,9 millones de euros en fianzas de particulares desde el 2011. El año pasado fue el de mayor importe de depósitos al llegar a 12,6 millones, frente a los 10,7 millones del ejercicio anterior. De la misma manera, el número de multas y de expedientes sancionadores ha ido creciendo conforme ha aumentado la actividad fiscalizadora de la Administración, que ha recaudado en los cuatro años de actividad 143.566 euros.

Las multas que tramitan los inspectores del Instituto Galego da Vivenda pueden ir de 300 a 3.000 euros, siendo siempre el doble de la fianza no depositada.

Heriberto García, director del instituto encargado de ejecutar la política de vivienda de la Xunta, niega que la obligación de depositar todas las fianzas en el IGVS tenga una explicación recaudadora o para dotar de liquidez a la Administración. «Se trata de ofrecer una garantía para el inquilino de que podrá recuperar su dinero, o para el propietario, cuando tiene que ejecutarla. Se trata de que esa fianza no se volatilice», señala. Según sus cifras, la fianza se devuelve en dos o tres días de media después de reclamarla. «Siempre está garantizada la devolución de los depósitos», pese a que la ley permite emplear hasta el 70 % de los fondos en iniciativas en favor de proyectos de viviendas sociales.

A la luz en la renta

La mayoría de las sanciones por no depositar las fianzas se producen al cruzar los datos de los propietarios con los inquilinos que declaran su arrendamiento en la renta para tener derecho a desgravaciones en el tramo autonómico.

«Hay muchos reticentes aún a hacer el depósito para no declarar esa forma de ingresos», señalan integrantes del colectivo de agentes inmobiliarios, que rechazan ejercer el papel de fiscalizadores. «Informamos de la obligación de hacerlo, e incluso tramitamos si quieren el depósito, pero ahí acaba nuestro papel», insisten, para admitir que muchas de las transacciones de alquileres se hacen aún en dinero negro.

«Piensan que no les van a llegar las multas, o se arriesgan porque les viene bien el dinero de la fianza en ese momento», indican desde otra inmobiliaria viguesa, que también prefiere omitir su nombre, tras indicar que la denuncia de acuerdos de alquiler sin depositar las fianzas complicaría sus trabajos y dificultaría aún más el mercado en una época especialmente dura.

Las casas de veraneo, las más difíciles de controlar

Administración y agentes inmobiliarios coinciden en señalar que las viviendas que son arrendadas por semanas o por temporadas son las más difíciles de controlar que se sometan a la obligación de depositar la fianza, operación que incluso puede realizar por iniciativa propia el inquilino y luego dar un justificante del ingreso al arrendador.

«Las viviendas de veraneo son efectivamente las más difíciles como lo son también para el control de la hacienda pública, porque cuanta menos periodicidad más difícil es de hacer cumplir la norma», señala el director del IGVS.

Inquilinos llegados de otras zonas o para evitar trámites por alquileres por períodos pequeños, suelen disuadir a los veraneantes de exigir que se cumpla con el depósito de la fianza. Sin embargo, es indiferente el plazo de alquiler, ya que cuando el arrendamiento es menor a un año la fianza a depositar debe equivaler a la parte proporcional de dos mensualidades. Dos meses como depósito deben de transferirse temporalmente a la Xunta también en el caso de alquileres de infraestructuras inmuebles para industrias, negocios o locales con vivienda incluida. Una mensualidad está marcada como obligación en cambio para los alquileres con duración igual o superior a un año.

Los depósitos hay que actualizarlos siempre que se varíe el precio del alquiler y en todos los casos la Xunta no abonará nada en concepto de intereses, independientemente del tiempo de antigüedad de la fianza.