El centro gallego de Berna, gestionado por portugueses

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

SANTI GARRIDO

La próxima gerencia de un local emblemático para la emigración gallega en Europa se empezará a hacer cargo de él a partir del 28 de este mes

15 mar 2015 . Actualizado a las 20:41 h.

«Restaurante Centro Gallego. Nova direção». Así se anuncia la próxima gerencia de un local emblemático para la emigración gallega en Europa, el de Berna, la capital suiza, creado hace 46 años. Los nuevos responsables se harán cargo de él el 28 de este mes y abrirán con una cena cuyo menú (30 francos) está compuesto por bacalao. También habrá música en directo de estilo «brasileiro, português, latino e internacional». El centro es, en esencia, el bar-restaurante y las salas anexas.

El complejo está en manos de socios gallegos, con un presidente también gallego, pero en la práctica todo se concentra en el local por el que cada día pasan decenas de emigrantes gallegos (los fines de semana, centenares) a tomar algo, comer, ver la televisión, jugar la partida y charlar. Un clásico en una ciudad pequeña que alberga a más de 500 paisanos. Los últimos ocho años ha estado a cargo de José Antonio Calvo, de Zas, y ha logrado una dinamización como en los buenos tiempos. Y también ha ejercido de centro de asistencia a quienes llegan buscando trabajo, que todavía son muchos. Pero se va. Abre A Nosa Taberna, con pinchos, tapas y bebida gallega, a cinco minutos. Y una familia portuguesa es la que ha tomado las riendas. No es fácil, porque el alquiler es muy alto y el trabajo, mucho.

Calvo, de 39 años, desde los 16 en Suiza, reconoce que muchos clientes preferirían que siguiera, y le piden que lo haga. Ha logrado un ambiente muy apreciado por quien está lejos: entrar en ese local es como hacerlo en una pequeña Galicia, con mayoría de emigrantes de la Costa da Morte. Pero explica que necesita descansar (tiene otro trabajo), y dedicarse a la familia, entre otras razones. Reconoce que le da pena irse, y asegura que ayudará a los nuevos en todo lo que pueda porque quiere que les vaya bien, pero lo justifica en que las circunstancias lo llevan a tomar esta decisión. En otros tiempos, el centro tuvo una vida social, cultural y deportiva notable, con clases de baile tradicional o equipo de fútbol. Ahora, el único grupo que funciona es uno de flamenco. Es -explica- tiempo de cambios. En Berna hubo más locales que fueron cerrando: el Feitizo (también lo tuvo Calvo), el Rosalía de Castro, el Cervantes, el Andaluz. Todos desaparecieron y el gallego es como una pequeña embajada española. Calvo ha tenido que ayudar a muchas personas que llegaban buscando empleo y no tenían ni para comer. También trabaja el asturiano, pero igualmente la gestión ha pasado a un portugués. Los lusos son mayoría en la inmigración suiza.

El nombre de Centro Gallego permanecerá. «Por estatutos da sociedade, téñeno que manter», señala Calvo. El nuevo gerente, Márcio Mello, de Oporto, explica, en español (lo habla perfectamente, al igual que el gallego) que no habrá cambios bruscos en el local: «Vamos a mantener toda la tradición que hay aquí. Y también cambiaremos algo, pero poco a poco, y más adelante».