40 horas sin dormir en Estambul

Xurxo Melchor
XURXO MELCHOR SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Medio centenar de ourensanos llegaron ayer a Santiago con cuatro días de retraso porque una gran nevada colapsó el aeropuerto de la ciudad turca

22 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los 42 ourensanos que han permanecido atrapados cuatro días en Estambul lograron ayer regresar a Galicia. «Ya estamos en casa», suspiraba con alivio una de las integrantes de este grupo formado en torno al instituto Blanco Amor de la ciudad de As Burgas, en el que muchos de ellos son profesores.

Es el quinto año que viajan juntos. Antes estuvieron en Berlín, Roma o París y esta vez decidieron conocer Turquía. Como siempre, todo salió de maravilla gracias a la organización de Rita, pero con lo que no podían contar era con una nevada jamás vista que colapsó el aeropuerto otomano.

La nieve obligó a cancelar 600 vuelos. Entre ellos, el de estos ourensanos, que el pasado miércoles tuvieron que bajarse del avión cuando ya estaban embarcados y con las maletas facturadas. A partir de ese momento comenzó una auténtica odisea. «Estivemos 41 horas sen durmir, pero o peor de todo foi a incerteza, porque ninguén falaba nin castelán nin apenas inglés», explicaba uno de los pasajeros.

Tras pasar la noche del miércoles en el aeropuerto, el jueves a media tarde, después de hacer una cola de ocho horas, lograron que les asignasen un hotel. Ahí no acabó el trajín.

El autobús que debía llevarles a una cena en condiciones y una cama mullida tardó nueve horas en alcanzar su destino. Ellos creen que les tuvieron dando vueltas para hacer tiempo. «Lo peor es que nos han tratado mal. Estaban desbordados y nerviosos porque tenían a 7.000 personas atrapadas en el aeropuerto», se lamentaba otra pasajera al aterrizar en Lavacolla.

Hasta un desmayo

Ya en el hotel la espera se hizo más cómoda hasta que ayer lograron subirse a un avión con destino a España. Un grupo llegó a Santiago haciendo escala en Bilbao y otro en Madrid. Los primeros llegaron a las 13.30 horas con evidentes signos de cansancio. Uno de los pasajeros incluso sufrió un desmayo. Por los nervios y porque como había facturado sus medicinas llevaba cuatro días sin poder tomarlas. Al poco se recuperó y se unió a los demás para esperar tomando algo en la cafetería a que aterrizara el resto del grupo.

Pasadas las 16 horas llegó el grupo de Madrid y por fin todos volvieron a unirse. «Temos ganas de chegar a casa e recuperar a normalidade e a tranquilidade. Foron días de moita tensión, de ansiedade, de non poder durmir e nos que non tivemos atención de ninguén, a verdade é que foi unha situación moi dura», se quejaba Delfín. Su única ayuda estos días fue Gema, de la agencia Atlas Viaxes Xestión Turística con la que contrataron sus accidentadas vacaciones. Ella no ocultaba ayer su alegría: «Menos mal que ya les tenemos aquí».