No ha cuajado la idea de que Soraya Sáenz de Santamaría es, por edad (43), una candidata más adecuada que Rajoy (59) para enfrentarse a Pedro Sánchez (43), Pablo Iglesias (37) o Alberto Garzón (29)
19 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Las cartas comienzan a ponerse boca arriba en el PP. Y ello, a pesar de que Rajoy no hace planes a largo plazo. Es decir, a más de una semana vista. Pero, tras unos meses en los que parecía avecinarse tormenta, con algún que otro barón (y baronesa) amenazando con sacar los pies del tiesto y discutirle al líder la candidatura en las generales si hay catástrofe en las municipales, las aguas vuelven a su cauce. Ocurra lo que ocurra en mayo, Rajoy será el cabeza de cartel en noviembre y nadie en el PP levantará la voz. La convención que el partido celebra el próximo fin de semana será también una balsa de aceite.
No ha cuajado la idea de que Soraya Sáenz de Santamaría es, por edad (43), una candidata más adecuada que Rajoy (59) para enfrentarse a Pedro Sánchez (43), Pablo Iglesias (37) o Alberto Garzón (29). Y tampoco Alberto Núñez Feijoo se ha dejado seducir por quienes parecían empujarle a dar el salto. De modo que no hay caso. Rajoy optará a un segundo mandato.
¿Significa eso que Feijoo se queda definitivamente en Galicia y abandona la idea de recalar a lo grande en Madrid? No exactamente. El líder del PPdeG ha aguantado seis años como presidente sin dar pistas sobre si optaría a un tercer mandato. Pero para todo hay un límite. A la pregunta que se le lleva formulando desde hace mucho tiempo, Feijoo ya no contesta que no sabe lo que hará y que ya veremos. Ahora estamos en que sería «razonable» dejarlo tras ocho años de mandato. Eso es en realidad lo que siempre ha pensado. Dos legislaturas. Pero nunca lo ha dicho porque, además de convertirle en lo que los americanos llaman un pato cojo, alimentaría las críticas que le acusan de utilizar la Xunta como trampolín hacia Madrid.
En la capital, todos, amigos y enemigos, dan por hecho que no repetirá en Galicia y se prepara para dar el salto. Y, cuando va a Madrid, la prensa ya ni le pregunta por cuestiones gallegas. Interesa cada vez más lo que dice sobre Cataluña y sobre Economía. Y a él también parecen atraerle cada vez más los grandes debates. ¿Y qué hará entonces si no va a ser el candidato a las generales? Con toda probabilidad, si Rajoy gana en noviembre y logra formar Gobierno, Feijoo dejará la Xunta para integrarse en un Ejecutivo que Rajoy quiere mucho más político que el actual. Y políticos, ahora, solo hay dos, Sáenz de Santamaría y Alfonso Alonso. Feijoo entraría con fuerza en ese grupo, formando un trío de la absoluta confianza del jefe. En Galicia no habría adelanto y Feijoo dejaría a su delfín, con seguridad Alfonso Rueda, al estilo de lo que hicieron Esperanza Aguirre y José Antonio Griñán.
¿Y si Rajoy pierde o no gobierna? En ese caso, las cosas se le ponen difíciles a Feijoo, que no sobreviviría a la catarsis del PP. Entonces, agotaría la legislatura. Y luego, habría que hibernar y empezar a mirar en la empresa privada. Ofertas no le faltarán.
En la capital, todos dan por hecho que no repetirá en Galicia