Las autovías en concesión pierden en dos años 6.000 vehículos diarios

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La Xunta ultima el acuerdo que aprobará en el Consello para subir el peaje encubierto que paga en los viales para que no quiebren sus concesionarias

22 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis económica que en los últimos años ha retirado decenas de miles de vehículos del tráfico de la AP-9 y el resto de las autopistas españolas con cabinas de peaje también se deja sentir en las autovías. En tan solo dos años, la circulación media diaria en los viales autonómicos en régimen de concesión se ha reducido en 5.858 usuarios. Esta coyuntura plantea un problema para la Administración autonómica, que ya ha decidido que subirá el peaje encubierto que paga a las concesionarias de los viales de Barbanza (AG-11) y O Salnés (AG-41) para evitar que la caída de ingresos por la pérdida de tráfico derive en una quiebra de las empresas que abocaría a la Xunta a rescatar las concesiones.

Aunque esta pérdida de usuarios afecta en mayor medida a la autovía de mayor circulación de Galicia, la que comunica Santiago con Brión (AG-56). En el 2011, alcanzó su techo, con 20.775 vehículos diarios. Pero en el 2013 su tráfico cayó a 16.847. En solo dos años, perdió 3.928 usuarios, más que las autovías de Barbanza y O Salnés juntas. Por la AG-11 transitaron en el 2013 una media de 12.052 vehículos al día, frente a los 12.052 que lo hicieron en el 2011. Por la AG-41 circularon el año pasado 13.208, cuando la intensidad media diaria de esa autovía en el 2011 era de 14.476.

Tampoco arranca el último de los viales en concesión que ha entrado en servicio hasta ahora, el que conecta la autovía das Rías Baixas con Celanova (AG-31). Durante el 2013 solo registró 3.753 vehículos al día, una intensidad circulatoria que difícilmente asegurará la viabilidad económica de la explotación.

La fórmula menos gravosa

En este contexto, el Gobierno de Feijoo ya anunció hace meses su intención de aprobar a final de año la operación por la que elevará la tarifa por vehículo que paga a las concesionarias de esas autovías con peaje en la sombra, para reequilibrar sus cuentas y que puedan hacer frente a los gastos de la deuda financiera contraída para construir esas infraestructuras. Ese acuerdo, que para cumplir el calendario previsto tendrá que pasar por una de las próximas reuniones del Consello de la Xunta, tiene su origen en las desproporcionadas expectativas de tráfico que se estimaron en los contratos de adjudicación de las autovías, que ahora provocan que las empresas que las explotan obtengan menos ingresos de los previstos inicialmente. Por los viales de Barbanza y O Salnés circulan a diario unos 9.000 vehículos menos de los estimados.

El Ejecutivo opta por auxiliar a esas concesionarias a través de la subida del peaje encubierto que les paga por considerar que es la fórmula menos gravosa para las arcas autonómicas. Esta inyección extra de recursos públicos tendrá carácter temporal. Solo se aplicará hasta que las autovías recuperen el tráfico, aunque su caída continua no permite aventurar ese repunte a corto plazo. La regulación que la Xunta habilitó a través de la Lei de Orzamentos del 2014 le permite auxiliar a cualquier concesionaria en riesgo de quiebra. Solo falta concretar cuál será el importe de esa ayuda pública en el 2015.