Galicia estrena este mes tres radares de tramo, en la A-8, la AG-55 y la AG-64

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El de la autovía del Cantábrico controlará 9 kilómetros en la zona afectada por la niebla

20 dic 2014 . Actualizado a las 12:19 h.

Galicia tendrá tres nuevos radares de tramo en funcionamiento antes de que finalice este año, según las previsiones que manejan los responsables de la Dirección General de Tráfico (DGT) en la comunidad. Los nuevos dispositivos de vigilancia de la velocidad estarán ubicados en una autovía del Estado, la A-8 (la conexión con Asturias), y en dos autovías autonómicas, la AG-55 (A Coruña-Carballo), y la AG-64 (Ferrol-As Pontes). El sistema de funcionamiento de los tres dispositivos será similar al del único radar de tramo operativo hasta ahora en Galicia y que está situado en la AP-9, en el túnel de O Sartego, entre Fene y Narón, en sentido Ferrol. Unas cámaras de infrarrojos graban las matrículas de los coches y su hora de entrada en el tramo controlado. Otras los graban a la salida y una aplicación informática calcula la velocidad media empleada en recorrer la distancia entre los dos puntos.

En los tres casos, los técnicos de la DGT tienen el proceso muy avanzado y prácticamente completada la instalación del equipamiento tecnológico necesario. Incluso se han realizado pruebas al paso de vehículos para comprobar el funcionamiento de los sistemas y realizar los ajustes que se consideren, aunque hasta el momento no se pueden sancionar los excesos de velocidad. Sí lo harán desde el momento en que sean destapadas las señales que advierten de la llegada a un lugar controlado por un radar de tramo.

El primero de los nuevos radares que entrará en servicio es el de la autovía A-8, probablemente ya en la semana entrante. Controlará un tramo de 9 kilómetros en el alto de O Fiouco, en el trayecto afectado por bancos de niebla y en el que se produjo un grave accidente múltiple en el mes de julio, y que desde entonces ha tenido que ser cerrado al tráfico en numerosas ocasiones por falta de visibilidad. La instalación de este radar de tramo es una de las medidas tomadas por la DGT para disminuir los riesgos en esta zona, limitada a 100 kilómetros por hora, en la que se detectaron velocidades muy elevadas incluso en momentos de niebla densa.

Los otros dos nuevos radares de tramo están también prácticamente preparados para entrar en servicio, aunque lo harán días después, y al igual que el de la A-8, estarán perfectamente señalizados para que los conductores sepan que entran en un tramo controlado y que pueden ser sancionados si su velocidad media supera el límite establecido. En los tres casos las autoridades de Tráfico persiguen reducir la velocidad a la que se circula por unos tramos que están considerados de riesgo.