«Seguro que loitaron por nadar e salvarse»

M. H. F. RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

Los amigos de los desaparecidos hablan en el primer día de espera en Corrubedo

18 dic 2014 . Actualizado a las 09:30 h.

Cuando las buenas noticias se sabe que no van a llegar, cosa habitual en tragedias en el mar, hay que aferrarse a que al menos lleguen las novedades menos malas. Y eso hacían ayer los familiares y amigos de los desaparecidos en el barco de Boiro que naufragó en Corrubedo. Desde primera hora, un pensamiento, o más bien un deseo, circulaba en los corrillos: «A ver se están metidos na ponte, porque así en canto se localice o barco, aparecerán», se oía. Pero, tan pronto surgía esa frase, algunos boirenses que conocían bien a los tripulantes, que intentaban hacer más llevadero el día recordando anécdotas de taberna con ellos, bajaban la mirada. Y espetaban palabras tan elogiosas hacia Germán, Santiago y Antonio como duras de escuchar por lo que suponían. «Coñecendo como eran, seguro que loitaron por nadar e salvarse», indicaban, señalando que seguramente hubiese que buscarlos por una zona amplia de costa. No se equivocaron. Porque Germán apareció a una distancia considerable del barco. Quién sabe si después de intentar ganarle el pulso al mar.

Ayer, había una persona que no tuvo que librar esa batalla, pero a la que sí ha golpeado la tragedia del Paquito Nº Dos. Se trata de Toño. Es el cuarto tripulante del barco, y lo normal es que hubiese tenido la misma fortuna que sus compañeros. Pero le tocó viajar de Boiro a Muros en coche para recogerlos y poder venir todos por carretera de vuelta, ya que el barco se quedaba allí. Ayer, enmudeció. «Perdoade, non é o momento de falar», se disculpó.

Desde la armadora explicaban que está destrozado. Él contactó con sus compañeros a las dos de la tarde, y le dijeron que estaban en Corrubedo. Al ver que no llegaban a la hora pactada a Muros, se preocupó. Salió con el coche a otear la costa. No vio el barco. Dio la alarma. Y empezó a sufrir la tragedia.