«Con la ropa falsificada podríamos vestir bien a 50 sintecho de Vigo»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

El hermano Donaire, director de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, se compromete a borrar los logotipos falsos si le donan las prendas

18 dic 2014 . Actualizado a las 09:19 h.

La jueza de lo penal número 1 de Vigo ha preguntado al director de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis, José Antonio Donaire, si se comprometería a borrar los logotipos falsos en caso de que le done prendas requisadas por ser falsificadas. A solo una semana de la Navidad, la respuesta del regente del albergue vigués no se ha hecho esperar. «Les he dicho que nos comprometíamos a borrar la marca y quedaron en darnos una contestación. Toda la ropa nueva que venga aquí siempre es bienvenida, nos viene muy bien», dijo ayer Donaire. En contra de la donación solidaria están las multinacionales Adidas, Hugo Boss y Levitas S. P. A., que exigen a la jueza que destruya la ropa decomisada mediante la incineración.

El albergue del hermano Donaire fue elegido por la Fiscalía como la oenegé que podría beneficiarse de un lote de ropa falsificada que fue requisada a dos jóvenes condenados en septiembre por un delito contra la propiedad industrial. Los vendedores la compraban en Portugal, estampaban logos falsos, la vendían por Internet y la enviaban por paquetería urgente a sus clientes.

Los beneficiarios de la donación serían los sintecho que pueden dormir hasta diez días en el albergue de Teis. «Son gente que vive en la calle y les damos cobijo, desayuno, comida y cena durante el tiempo que están aquí, les damos lo que necesitan si lo tenemos. Incluso los asesoramos con los papeles burocráticos en lo que podemos», relata Donaire.

El colectivo que vestiría la ropa de marca falsificada podría sustituir sus raídas prendas, desgastadas por el uso a la intemperie otoñal. «La vestimenta que traen ellos es la que usan en la calle, donde viven, está muy usada, roída y no muy limpia, uno se puede imaginar en qué malas condiciones viven», explica el director de los Hermanos Misioneros.

Donaire recalca que a ellos les da igual que esas prendas tengan marcas falsas o no porque, al no estar usadas, se las podrían regalar a los sintecho que pernoctan en el albergue. «No nos importa la marca, tacharíamos los logotipos y se las daríamos a los propios internos de la residencia y podríamos vestir bien a 40 o 50 transeúntes sin techo que pasan por aquí un máximo de diez días y luego se marchan de nuevo a la calle. Ellos serían los beneficiados. No guardaríamos estas prendas, ni las tendrían que devolver al irse. El que venga nuevo también recibiría esta ropa, se la llevarían puesta, pero primero le quitaríamos el logo», insiste.

Borrar la marca es la solución que ha propuesto la Fiscalía en el escrito de recurso que presentó contra la petición de las tres industrias de que el juzgado queme toda la ropa y no se la done a las oenegés. Las marcas temen que algunas unidades regresen al circuito comercial y se revendan, con lo que no se habría hecho justicia. La solución del fiscal es que se neutralicen los logotipos mediante una tinta indeleble. La operación se haría en el mismo albergue para indigentes y sería supervisada por los representantes de las multinacionales para verificar que se cumple lo pactado.

Donaire es consciente del bien que haría en estas frías Navidades los pantalones, cazadoras, chándales y zapatos incautados. «Los que vienen de la calle viven en malas condiciones y tienen falta de ropa. Nosotros les cubriríamos esa carencia», añade el director de esta oenegé.

El religioso aplaude la iniciativa solidaria de la Fiscalía. «Pienso que se deberían hacer más veces estas donaciones. Es mejor eso que destruir una ropa que puede ayudar a los más desfavorecidos», dice José Antonio Donaire.

La jueza de lo penal número 1 de Vigo deberá decidir en los próximos días si le da la razón a la Fiscalía y dona la ropa a una institución benéfica o acata la petición de las multinacionales de que sea incinerada para impedir la picaresca y su reventa en el circuito comercial.

El albergue de Teis fue fundado en 1967 para auxiliar a los marginados sociales y enfermos pobres. Aloja a 220 personas, entre internos y sintecho.