«Las redes sociales no nos benefician». El teniente coronel Molano lamentó ayer el mal uso de las redes sociales por determinados conductores para alertar de los controles de la Guardia Civil en las carreteras gallegas. Molano matizó que el problema de las redes sociales se produce cuando se avisa de la situación de los controles preventivos de alcoholemia o de velocidad porque eso puede originar un exceso de confianza en los conductores y creer que pueden eludir los dispositivos policiales y, por ejemplo, beber más alcohol del permitido, lo que aumenta los riesgos de accidente. Coincidió en ese planteamiento la coordinadora de la DGT en Galicia, María Victoria Gómez Dobarro, al reconocer que «ese es el lado negativo de las redes sociales», aunque inmediatamente destacó el lado positivo porque la propia DGT las utiliza para comunicar incidencias en la carretera y proporcionar informaciones y consejos a los conductores. Dijo que son un canal fundamental para el conductor salvo cuando se usa de forma inadecuada y afecta al tráfico.
Interfieren en la vigilancia
La publicación en aplicaciones de móvil y en páginas de Facebook de la situación de las patrullas y de los controles de la Guardia Civil de Tráfico está interfiriendo en la programación de la vigilancia del tráfico y ha obligado a la Guardia Civil a reprogramar sus dispositivos. Ahora, los controles de alcoholemia son más dinámicos, de forma que tienen una menor duración y se realizan en varios puntos de un mismo tramo. Se trata de contrarrestar ese tipo de avisos para evitar que los conductores avisados crean que pueden circular con impunidad por las carreteras.
En ocasiones esas alertas también provocan que algunos conductores se desvíen hacia pistas y caminos para eludir los controles, lo que eleva los riesgos de sufrir un accidente al circular por vías de tercera categoría y con conductores que presumiblemente no se encuentran en las mejores condiciones físicas.