El ADN hallado en una colilla en un váter del chalé fue crucial para detener al asesino

La Voz

GALICIA

18 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El misterio ha rodeado al doble crimen de Cálig desde el inicio y durante los diez años que se ha prolongado la investigación judicial. Tras el hallazgo de los dos cuerpos sin vida, el chalé fue revisado de arriba a abajo por la Guardia Civil, que encontró una colilla en el váter de uno de los baños del inmueble. El hallazgo resultó crucial para resolver el caso. Tras analizar el ADN que había en la boquilla comprobaron que coincidía con el de una persona que se había visto envuelta en un tiroteo en una fábrica de Castellón en el 2004. Fue así como se pusieron sobre la pista de Emilio Pérez Rivera, quien al saberse investigado huyó a la República Checa, país del que procede su esposa. Finalmente, y tras pinchar su teléfono, fue detenido a finales del 2006.