Carmen Pomar: «El examen es una especie de espada de Damocles para el niño»
SANTIAGO CIUDAD
Denominarlos de otra forma sería un modo de relativizar estas pruebas
17 dic 2014 . Actualizado a las 09:03 h.Que una niña de 13 años se escape de casa y duerma al raso para no hacer los exámenes, como ocurrió en Curtis, implica seguramente muchas variables personales, familiares, sociales y educativas. No obstante, admite la profesora de la USC Carmen Pomar, el examen es un elemento de presión para los niños, con la paradoja de que por muchos que se hagan, no disminuye esta tensión.
-¿Hasta qué punto los exámenes suponen un problema de tensión para el alumno?
-Aunque solo cuente la mitad de la evaluación, simplemente la palabra examen implica ya presión. Salvo los niños que no se ponen nerviosos por nada, el tema de los exámenes sigue estando ahí como una especie de espada de Damocles. Parece que cuantos más hagamos más tranquilos vamos a estar, pero no funciona así, nos podemos pasar trece años haciendo exámenes, y cuantos más hagamos incluso nos podemos más nerviosos.
-En casos tan extremos de abandonar el hogar deben influir más factores.
-No conozco el caso. Normalmente hay variables, porque a veces los padres tendemos a darle excesivamente importancia al tema de calificaciones escolares y a veces importa más que el hecho de que tu hijo es buena persona, honesto o buen compañero. Hay muchísimas variables, el profesor, cómo devuelve la información en casa el niño, cómo lo acepten los padres, las consecuencias, e incluso el cómo te atribuyes el éxito o el fracaso, es decir, que la responsabilidad recaiga solo en el alumno o no.
-¿Qué hacer desde el aula para relativizarlo?
-Es importante que el profesor esté relajado, porque en una situación de examen muchos se ponen también tensos. Después simplemente llamarle de otra manera, vamos a hacer una revisión del conocimiento, por ejemplo, o el tema de que se autocalifique el alumno. Y es muy importante que el examen no signifique el 100 % de la calificación.