Cinco cuerpos siguen sin aparecer en un año luctuoso para la pesca

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Tres gallegos y dos lusos no fueron rescatados tras el naufragio de su barco

27 ene 2015 . Actualizado a las 04:16 h.

El siniestro del arrastrero de capital gallego Santa Ana, un naufragio que se cobró la vida de nueve de sus diez tripulantes, tuvo el dudoso honor de hacer de prólogo a un año funesto para la pesca en lo que a siniestralidad se refiere. Nueve personas, nueve familias, nueve tragedias... Pero todos, finalmente, con un lugar ante el que llorar a sus seres queridos. No es ese el caso de otras cinco familias, las de otros tantos marineros que en la luctuosa estadística del 2014 continúan figurando como desaparecidos, aunque la sensatez los sitúe ya en el recuento de las víctimas mortales, que en los cuatro siniestros más graves de este año arrojan el triste total de 20. El Santa Ana no pudo recuperar su reguero de cadáveres hasta casi un mes después de haberse estampado en las rocas del cabo Peñas, en Asturias, el 10 de marzo pasado. Y la familia del último tripulante rescatado vivió en permanente velatorio hasta el 27 de julio, cuando pudieron recibir sepultura los restos de Manuel Tajes, el maquinista del barco, que aparecieron el 6 de abril y fueron enviados a Madrid para cotejar si correspondían o no al marinero muradano. Colisión fatal en Vigo La tripulación del Mar de Marín ha podido llorar a cuatro personas, cuyos cadáveres se encontraron después de que en la madrugada del 1 de abril el barco diese con su acero contra el coloso Baltic Breeze, en plena ría de Vigo, con las Cíes como testigo. Pero eso no quiere decir que los cinco supervivientes no hayan lamentado una pérdida más: la de Manuel Domínguez, el marinense cuyo cuerpo continúa desaparecido desde el fatídico choque. El hallazgo, a finales de julio, de varios huesos humanos a la altura de Cedeira por parte de un arrastrero coruñés, hicieron albergar esperanzas de que fuese el cuerpo del marinero de Marín. Ilusión fugaz para la familia, pues pronto se descartó esa posibilidad al encontrar una prótesis adherida a los mismos y que permitió identificar los restos con los de Luis López Lois, un percebeiro de Oleiros que había desaparecido en diciembre del año pasado. Ausencias en Portugal Doce personas iban a bordo del Mar Nosso, arrastrero portugués de capital gallego que se hundió el 17 de abril también frente a Asturias. De este naufragio aún no han podido recuperarse los cuerpos de dos personas: Francisco Manuel Silva Santos, el segundo patrón del barco, y el marinero Manuel Silva Carinha. Ambos de nacionalidad portuguesa y los dos de la zona de As Caxiñas, población cercana a Vila do Conde, que sí recibió los cadáveres de otros tres de sus vecinos que perecieron en el fatal lance de pesca. Los otros dos marineros embarcados que permanecen desaparecidos son recientes. Se cumplen hoy doce días desde que se fue a pique el volantero Safrán frente a la costa del País Vasco. Faltan desde entonces Juan José Pardiño Parapar y Benigno Vázquez García, que descansaban en los camarotes cuando entró agua a bordo y el barco zozobró en cuestión de minutos, según comentaron los otros cuatro supervivientes del naufragio. Cinco desaparecidos en cuatro graves accidentes marítimos que pocos, por no decir casi nadie, albergan esperanzas de poder recuperarlos para llorar delante de su túmulo.