Sociedad Gitana afirma que Sinaí Giménez aportará pruebas sobre una supuesta prevaricación. Los 410 retornados suspenden el culto «por miedo»
07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El colectivo Sociedad Gitana manifestó ayer que su líder, Sinaí Giménez, aprovechará su declaración ante la Fiscalía del miércoles para «demostrar» que el conflicto con el colectivo desterrado tiene su raíz «en una prevaricación grave por parte de la concejala de Ferias y Mercados del Concello de Tui, Olga Montes». Sinaí Giménez está «encantado» de poder contarle al fiscal «toda la verdad», algo que él mismo solicitó hace días.
Respecto a esa acusación contra la edila, Sociedad Gitana asegura que Giménez aportará ese día «testimonios, pruebas, fotos y documentos; por lo que no dudamos en ningún momento que se aclarará de dónde viene el conflicto y que la concejala saldrá imputada». El colectivo denunció a la edila hace unos días por supuesto trato de favor, prevaricación y acoso laboral. «Tenemos documentos que prueban que ha habido trato de favor con algunas personas que han sido incluidas a dedo en el mercadillo que se celebra en Tui cada jueves. Incluso a pesar de no disponer de la documentación necesaria», sostuvo entonces Miguel Valverde, secretario de la Asociación de Empresarios y Comerciantes Ambulantes de Galicia.
Ese mismo día, los cinco grupos políticos de la corporación de Tui suscribieron un documento conjunto de apoyo a Olga Montes en el desempeño de su cargo, orientado a que «todos respeten» la ordenanza municipal de mercados.
Las diferencias semejan cada día más insalvables sobre el terreno. «La falta de noticias es mala», manifestó ayer Francisco José Romero Alvite, presidente de la Asociación Galega de Ambulantes y Autónomos. Alvite insistió en que «los gitanos que regresaron están al límite». Ayer se mostró muy preocupado. «Parece que estoy viviendo una película de nazis, pero esta es más grave, porque en un país democrático que hoy conmemora el 36 aniversario de su Constitución, hay 410 personas encerradas en su casa por miedo y que no pueden salir a trabajar».
Poco trasciende de las mediaciones que se suceden desde el regreso. Al parecer, la última fue el viernes y, lejos de acercar posturas, acaloró aún más los ánimos. «La situación está tan complicada que han decidido suspender el culto, desde el viernes y hasta nuevo aviso, ni siquiera salen de sus domicilios para ir a la iglesia a rezar», confirma Alvite. Insiste en la necesidad de que se implique la Xunta. «Tenemos Justicia y policía, faltan políticos, tienen que hacer cumplir la Ley de Comercio e identificar a los ambulantes», reclama.