Con un pie fuera de la vida parlamentaria

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Beiras retornó como diputado al Parlamento de Galicia, el 16 de noviembre del 2012, lo hizo con entusiasmo y poniéndose al frente del «cortexo cívico», formado por los diputados de AGE y decenas de simpatizantes, que desfilaron por O Hórreo. Es en momentos así, en los que todo a su alrededor encaja, cuando el ilustrado catedrático brilla como el Rey Sol e irradia su fortaleza a sus seguidores. Durante meses, el inquilino de A Reboraina fue el protagonista absoluto de la vida política gallega, como hoy lo es Pablo Iglesias en España. Llegó a poner nerviosos al PP, y también al PSOE y BNG, a base de gestos irreverentes, como el golpe en el escaño de Feijoo o la comprensión mostrada hacia los «rapaces exasperados» que se rebelan con bombas contra el sistema.

Nada parecía tener coste, y AGE despuntaba en los sondeos como la segunda fuerza de Galicia. Y en eso se desató la opereta burda del escaño por Ourense, que ni EU ni Anova supieron resolver bien, pero que abrió una brecha en la coalición que no haría más que agrandarse. Beiras, como la Mafalda pintada por Quino que siente asco por la sopa, se revolvía «de noxo e carraxe» contra las circunstancias políticas. Las cosas dentro de AGE no iban bien; y fuera, con la crisis, marchaban aún peor.

Llegó el momento en que en Anova, la organización que Beiras añoró como su última creación, se quebró la «irmandade» y los modales. Beiras, mayor y a veces fatigado, optó por tomar distancia del Parlamento y poner un pie fuera. Decidió no acudir a las sesiones de control para no sentir con Feijoo lo que Mafalda con la sopa. El Rey Sol se mostraba ahora como el prisionero de la máscara de hierro que glosó Voltaire.

Ayer pisó el Parlamento solo unos minutos, sin acudir a votar. Con su anuncio de no repetir como candidato de AGE se pone a resguardo del declive de la coalición. Otra vez la maldita sopa. Pero atención, porque Beiras es un animal político, brillante si el ánimo le deja, y siempre puede retornar al frente de una operación de nuevo cuño. Quien pone un pie fuera de la política, siempre tiene el otro clavado dentro.