El PSOE utiliza a Blanco como cabeza de turco contra José Antonio Griñán

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

El partido plantea la posibilidad de obligarle ahora a devolver la ayuda que le concedió la formación para hacer frente a su defensa tras ser acusado de tráfico de influencias y cohecho

24 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No tiene suerte el exministro de Fomento y exvicesecretario general del PSOE José Blanco con la nueva dirección del partido. El ahora eurodiputado fue uno de los socialistas que más trabajó en favor de la andaluza Susana Díaz y del madrileño Pedro Sánchez para que ambos se hicieran con el control del partido y para que el PSOE no quedara en manos de Eduardo Madina con Alfredo Pérez Rubalcaba como tutor en la sombra. Y, sin embargo, su expupilo Pedro Sánchez decidió dejarle al margen de la nueva dirección del grupo de socialistas españoles en el Parlamento Europeo, apostando por la novel Iratxe García, en lugar de por la experiencia de Blanco, cuando llegó la hora de sustituir a Elena Valenciano.

Blanco aceptó obedientemente que no le cayera ni la pedrea en el reparto de cargos que ha favorecido a otros excolaboradores de Sánchez de currículo insignificante en comparación con el suyo. El eurodiputado gallego afrontaba sin rencores y con ilusión su nueva etapa, dando por superado el calvario que atravesó al ser acusado de tráfico de influencias y cohecho a raíz de las declaraciones del empresario Jorge Dorribo. Unas acusaciones de las que resultó absuelto por el Tribunal Supremo. Ahora, sin embargo, los rescoldos del pasado vienen de nuevo a enturbiar su tranquilidad. El nuevo PSOE que ayudó a construir le ha puesto en el disparadero al plantear la posibilidad de obligarle a devolver la ayuda que le concedió el partido para hacer frente a su defensa. El nuevo secretario de Organización, César Luena, y la propia Susana Díaz, parecen dispuestos a utilizar a Blanco como cabeza de turco para justificar la negativa de la nueva dirección a pagar la defensa de los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Cabe recordar que cuando el Supremo inició la investigación sobre Blanco este era todavía vicesecretario general del PSOE, al contrario que Chaves y Griñán, que no ocupan ya cargo alguno en el partido. Blanco eligió al letrado Gonzalo Martínez Fresneda, que no era precisamente barato, pero que cumplió bien su trabajo, como demostró la absolución final. Los enemigos del lucense citan sin embargo un precedente que jugaría en su contra. En el año 2001, con Blanco en la secretaría de Organización del PSOE, el abogado defensor de Rafael Vera en el caso Lasa y Zabala, Manuel Cobo del Rosal, reclamó al partido una abultada minuta que el anterior secretario de Organización, Cipriá Ciscar, se había comprometido a abonar. Blanco optó por no pagar y justificó su decisión desentendiéndose de la etapa anterior y afirmando que la nueva dirección no había asumido «compromiso alguno con Cobo del Rosal». Eso mismo, romper un compromiso previo, es lo que parece querer hacer ahora la nueva dirección del partido.