El lanzamiento de la tercera y última fase del plan de racionalización de la Administración paralela ha coincidido en el tiempo prácticamente con la difusión de un informe en el que el Consello de Contas radiografía los chiringuitos de la Xunta y su proceso de recorte. Aunque elaborado solo con datos del 2011 y del 2012, el documento relativiza los efectos positivos de la supresión y transformación de entidades instrumentales emprendida por el Gabinete Feijoo. «Moitas das unidades eliminadas teñen unha importancia económica residual, [...] o aforro total estimado representa un 1,3% dos fondos xestionados polo sector, polo que a redución é máis nominal que real», concluye en su diagnóstico el citado organismo fiscalizador.
De acuerdo con los autores del dosier, pese a los primeros avances en la materia, a finales del 2012 los entes instrumentales continuaban gestionando 17 de cada cien céntimos del erario autonómico: en el bienio estudiado, un promedio de 1.434 millones de euros por ejercicio. Una suma cuya elevada cuantía los expertos atribuyen parcialmente a la creación, en paralelo a la baja de otros organismos, de nuevas y potentes agencias públicas.
«Relevantes mejoras»
Contas, no obstante, reconoce al Ejecutivo relevantes mejoras en el marco legislativo y en el campo de la transparencia financiera de los chiringuitos. En el polo opuesto, afea al Gobierno que no haya hecho públicos en su integridad ni los tres proyectos de racionalización que ha aprobado hasta la fecha ni los papeles donde evalúa el grado de consecución de objetivos. Y añade: «Tampouco se achega información sobre a orixe e composición dos aforros previstos».