¿Es posible una «grosse koalition» a la gallega a partir del 2016?

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

El PSdeG quizás preferirá retratarse con el PP que identificarse con Podemos

27 oct 2014 . Actualizado a las 08:34 h.

Cada vez está más claro que las mayorías absolutas se han acabado, al menos durante una buena temporada. Tanto en Madrid como en Galicia. Las próximas elecciones municipales y autonómicas van a certificar ese fenómeno, que nace de la desconfianza creciente en los grandes partidos y la irrupción, como consecuencia de ello y con las respectivas peculiaridades territoriales, de fuerzas hasta ahora minoritarias o creadas directamente ex novo, que complican la aritmética parlamentaria. Las últimas encuestas, exageradas quizá por elaborarse en medio de la conmoción de las tarjetas black, apuntan incluso a que el PSOE podría perder la posición de segunda fuerza en favor de Podemos. Pero reflejan también un desgaste brutal del PP en todos los territorios.

Hay quien sucumbe ya a la tentación de hacer una lectura fácil de esos datos y da por hecho que puede haber vuelcos electorales que arrebaten los gobiernos al PP con alianzas de PSOE, Podemos, IU y otras fuerzas de izquierda. Pero los tiros no van seguramente por ahí. De producirse unos resultados similares a los que apuntan los sondeos, lo que de verdad se abre paso es la gran coalición PP-PSOE para hacer frente al desafío nacionalista, por una parte, y a lo que las dos grandes fuerzas llaman «los populismos».

Cualquier alianza poselectoral del PSOE con Podemos supondría su muerte política, con masas de votantes moderados huyendo hacia otras opciones. Y, a contrario sensu, una alianza de Podemos con los socialistas demostraría que debajo del discurso de la casta no había nada y convertiría la irrupción de esta fuerza en episodio efímero con fecha de caducidad.

¿Y en Galicia? La posibilidad de una grosse koalition a la alemana entre el PPdeG y el PSdeG no es descartable en absoluto, por más que ahora parezca un dislate. Aunque las cuentas cuadrasen, Gómez Besteiro es consciente de que una alianza con la sopa de letras que dejará la caída del BNG y de AGE y el ascenso de Podemos en Galicia sería pan para hoy y hambre para mañana. Una reedición elevada al cuadrado del fiasco del bipartito.

Mayoría absoluta imposible

Feijoo, o más bien quien le sustituya, tendrá casi imposible reeditar la mayoría absoluta. Y Besteiro, al igual que Sánchez en el PSOE, parece un líder más pragmático que sus antecesores y capaz de poner las luces largas. Forzar al PPdeG a hacer cambios en sus políticas a cambio de garantizar la estabilidad en Galicia y situarse a la vez como una alternativa mientras el Gobierno de la Xunta se desgasta, al estilo de lo que hace el SPD alemán, es mejor negocio para Besteiro que encabezar un reino de Taifas. La alternativa para el PSdeG sería quedarse en un mero árbitro del duelo PPdeG-Podemos. Los pactos que van a firmar Besteiro y Sánchez con Feijoo y Rajoy indican que prefieren verse retratados con el PP que identificados con Pablo Iglesias.