Nicolás, vividor «ocasional»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Una empresa constructora admite que pagaba el alquiler del chalé que usaba el joven y en el que también organizaba juergas nocturnas, pero no aclara a cambio de qué le permitía utilizarlo

24 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa Asistencia y Consultores de Obras S.L. (ACO) admitió ayer que pagaba el alquiler del lujoso chalé madrileño desde el que operaba el pequeño Francisco Nicolás Gómez-Iglesias para impresionar a los empresarios a los que presuntamente pretendía estafar, y en el que celebraba fiestas juveniles nocturnas por todo lo alto que llevaron a los vecinos a quejarse en ocasiones por el excesivo ruido. Esta firma, una pequeña constructora radicada en Alcorcón (Madrid), dedicada principalmente a las reformas y con solo tres empleados, asegura en un comunicado que permitió al pequeño Nicolás el «uso ocasional» de la vivienda, pero niega que tuviera con él ninguna relación mercantil o laboral.

Los responsables de la empresa aseguran que nunca se le permitió residir en el chalé, ubicado en la calle Carbonero y Sol, del selecto barrio de El Viso, con una superficie de 350 metros cuadrados, cuatro dormitorios y tres cuartos de baño, y menos empadronarse en él, como hizo Nicolás, que fue detenido por los presuntos delitos de falsedad, estafa y usurpación de funciones. La firma constructora no aclara, sin embargo, a cambio de qué se le dejaba al joven, de solo 20 años de edad, utilizar la lujosa vivienda a su antojo.

El administrador único de ACO, según ha comprobado La Voz de Galicia, es el empresario Ángel Jesús Martín Gómez, que figura en el registro como consejero, apoderado o presidente de otras 16 empresas con sede en Madrid, Sevilla, Barcelona y Asturias. ACO ya no es la arrendataria del inmueble, en el que ahora residen personas que nada tienen que ver ni con esta empresa, ni con Nicolás ni con el propietario del chalé, el príncipe Kyril de Bulgaria, que fue quien firmó el contrato de arrendamiento.

Pese a sus ansias por hacerse pasar por una persona seria y muy bien relacionada, Nicolás tenía también una vida más acorde con su edad. Vecinos de El Viso manifestaron ayer a diferentes medios que las juergas nocturnas en la vivienda eran habituales y que en más de una ocasión protestaron por ello. En esas fiestas había incluso guardias de seguridad, que eran los encargados de responder a las quejas de los residentes de El Viso.

En paradero desconocido

El paradero de Nicolás, en libertad con cargos, sigue siendo una incógnita. A pesar de la permanente guardia de la prensa, no se le ha visto ni en el domicilio de la calle Fernández Oviedo, en el barrio madrileño de Prosperidad, en donde residen sus padres y en el que pasó su infancia, ni en la casa de la calle Maudes, también de Madrid, donde residía hasta ahora con su abuela.

Los sindicatos de la Policía Municipal de Madrid pidieron ayer que se investigue a fondo el caso del escolta que acompañó Nicolás en un viaje a Ribadeo (Lugo), y que ya ha sido apartado del servicio, para que se depuren todas las responsabilidades.