Francisco Nicolás, relaciones públicas del ladrillo

José Francisco Alonso Quelle
José Alonso RIBADEO / LA VOZ

GALICIA

El falso amigo del rey descubierto en Ribadeo disponía de un chalé de lujo y de un coche de alta gama que le facilitaba una empresa de construcción

23 oct 2014 . Actualizado a las 10:12 h.

El secreto del sumario no ayuda a disipar las dudas sobre cómo operaba y, sobre todo, cómo financiaba sus actividades Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el impostor detenido la pasada semana en Madrid acusado de supuestos delitos de falsedad y usurpación de identidad, que en agosto protagonizó un rocambolesco episodio en Ribadeo presentándose como enlace entre la Casa Real y la Moncloa, que desencadenó su detención. Sin embargo, poco a poco se conocen datos que lo explican y que permiten sospechar que solo son la punta de iceberg de una trama muy compleja y con insospechadas ramificaciones. Francisco Nicolás disponía de un piso de lujo en una elitista zona de Madrid. Con piscina y terraza para fiestas y recepciones, era allí donde supuestamente gestionaba sus contactos y negocios. El alquiler lo pagaba una empresa constructora, para quien trabajaba como relaciones públicas. También le facilitaba un coche de alta gama en el que viajaba.

Pero por sí solo, aunque se estime que el alquiler de la vivienda podría rondar los 5.000 euros mensuales, eso no explica cómo Francisco Nicolás pudo llegar a donde llegó y cómo financió los medios de los que hizo gala. Porque este joven de 20 años, criado en el seno de una familia de un nivel adquisitivo modesto y que reside con su abuela, de 90 años, alardeaba de su falsa condición a la mínima posibilidad. Sin ir más lejos, el día que acudió a Ribadeo con cuatro coches de escolta y ocho guardaespaldas, hizo un alto veinte kilómetros antes, en Barreiros, en el restaurante O Asador, al pie de la carretera nacional. Entonces fue muy comentada la forma en la que entraron varios escoltas en el local y para sorpresa de todos se distribuyeron en puntos estratégicos, mientras un barbilampiño se sentaba solo en una mesa. Pasaba del mediodía cuando el chaval pidió dos gin-tonic. Le esperaba, poco después, la escena de gala, la reunión en un restaurante de Ribadeo con un empresario asturiano. Por si había dudas de la megalomanía que apreció en él el forense, Francisco Nicolás grabó con su móvil su entrada en Ribadeo, sumándose a la escolta la policía local.

Fue ese vídeo el que permitió conocer la identidad de al menos uno de los guardaespaldas, agente de la Policía Municipal de Madrid. Ese día, según explicó ayer el delegado de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Núñez libraba, pese a lo cual será retirado del cuerpo de escoltas de la policía, al que estaba adscrito.

El asunto fue tratado en una comisión municipal en el Ayuntamiento de Madrid en la que el concejal de UPyD, Jaime de Berenguer, hizo un pronóstico en que cada día parece coincidir más la opinión pública: «El caso va a traer cola».

Las ramificaciones de las andanzas de Francisco Nicolás son difíciles de ponderar. Hay a quien le suena su cara, como a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, pero dice que no lo conoce. Nicolás se podía colar en cualquier acto, en cualquier mesa de trabajo o reunión, pero eso no quiere decir que fuese invitado. Ayer mismo, el PP madrileño se reunió y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ironizó con el caso: «Hemos mirado por si aparecía en una esquina».

Mientras, el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez (BNG), volvió ayer a ocupar espacio en televisiones nacionales y parece encantado de la promoción que se está haciendo de Ribadeo. En la localidad ya hay quien, sumándose a la chanza, propone que Francisco Nicolás sea el próximo pregonero del carnaval.