Un exmiembro con hijas y nietas en la «secta» de Oia destapó la trama que destituyó a su líder

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

GALICIA

El grupo religioso solo permitía a las familias visitas cada cuatro meses

23 oct 2014 . Actualizado a las 11:51 h.

Un antiguo miembro de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel destapó las presuntas irregularidades cometidas por su líder, Miguel Rosendo. Se trata de un vecino de Vigo que prefiere mantenerse en el anonimato y que no podía ver a dos hijas y dos nietas que continuaban dentro del grupo, del que sí se salieron su esposa y otra hija. Al tener conocimiento de presuntas irregularidades que se estarían cometiendo dentro de «las murallas de Jerusalén», como así llamaban los miembros de la entidad a la casa en la que vivía su líder, encargó una exhaustiva investigación sobre las actividades del grupo. El informe que concluye que la asociación guarda paralelismos con una secta fue entregado al Obispado.

Según la investigación realizada, Miguel Rosendo imponía un estricto régimen de visitas a los familiares de los miembros de la asociación. Según los casos relatados durante las indagaciones, las comunicaciones telefónicas estaban restringidas en algunos casos a una llamada de 20 minutos cada cuatro meses.

Otros afectados reconocieron que solo podían llamar una vez al mes. Siempre las comunicaciones eran controladas por otros miembros de la comunidad. Durante las conversaciones, solía estar presente una persona ajena al núcleo familiar, de manera que nunca había una entera privacidad.

Las visitas personales también estaban muy limitadas y siempre eran en presencia de una tercera persona. Las informaciones obtenidas por el detective señalan que cada cuatro meses se tenía derecho a una comunicación directa por espacio de una hora y a través de un locutorio. A otros familiares solo se les permitían visitas una vez cada seis meses. Normalmente eran encuentros concertados previamente tras realizar una solicitud de locutorio a la asociación. La fecha y la hora las elegía la orden según su conveniencia.

La finalidad de que estuviera presente un segundo miembro de la orden durante estas entrevistas entre religiosos con sus familiares era «que no hablase de la familia, controlar la visita y que no se dijera nada que perjudicase el control de Miguel Rosendo sobre el visitado y, de ocurrir, conocer los comentarios entre visitado y familiares».

«Para que nosotros no pudiéramos hablar libremente de la persona visitada, que no persuadiésemos a nuestro familiar visitante de que el grupo no era bueno, para controlar lo que allí pasaba», son otros testimonios aportados a la investigación.

A lo largo de las consultas realizadas, son numerosos y coincidentes los testimonios directos de familiares que relatan la presencia, durante las visitas personales en el locutorio, de un miembro de la organización, como también lo ratificaron algunos de los propios religiosos.

Después de perder la confianza del Obispado de la diócesis de Tui-Vigo, Miguel Rosendo se marchó con algunos de sus seguidores a la sierra madrileña, donde las comunicaciones interfamiliares están sujetas a las mismas restricciones temporales y de control por terceras personas.

Bajo el nombre de Fundación San Miguel de las Almas Serviam, prestan servicios en diversas localidades.

Ahora, el Juzgado de Instrucción número 1 de Tui ha asumido el caso para dirimir si hubiera responsabilidades de tipo penal en la actuación del líder de la asociación Orden y Mandato San Miguel Arcángel.