La conselleira de Benestar, Beatriz Mato, se refirió ayer a este caso reconociendo que la Xunta tuvo los primeros indicios del fraude de los cursos de formación que desencadenaron la operación Zeta en el año 2012, y que se dio traslado de los hechos a la Fiscalía. «No es una buena noticia para un Gobierno descubrir un fraude de fondos públicos», manifestó en un acto en Ferrol.
Mato recalcó que el Ejecutivo fue el primero en inspeccionar los programas de empleo para encontrarse con la «desagradable noticia de que no había alumnos ni profesores ni aulas». La conselleira se refirió a la operación Zeta como «un episodio lamentable», e insistió en que el relevo del exdirector general de Traballo, Odilo Martiñá, que dimitió horas antes de prestar declaración, se produjo «por razones personales», como también él había asegurado.