Detenida por simulación la madre de la niña que denunció un rapto

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Dos hombres estuvieron varios días en la cárcel por la denuncia falsa

02 oct 2014 . Actualizado a las 13:43 h.

A finales de agosto, un vecino de Pontecesures y otro de Padrón fueron detenidos y llegaron a ingresar en prisión tras la denuncia de una niña de 13 años que aseguró haber sufrido una agresión sexual por parte de ellos en el municipio de Pontecesures y que aludió a la posibilidad de que pretendieran secuestrarla, extremo este último que en su momento ya descartó la jueza de instrucción. Lo cierto es que ha tenido que pasar más de un mes de aquel suceso que generó una gran intranquilidad y que, posiblemente, estigmatizó a ambos arrestados para que el caso haya dado un giro de 180 grados.

Y es que el pasado martes, miembros del equipo de policía judicial de la Guardia Civil de Cambados procedieron a la detención de la madre de la menor, a la que acusaron de una supuesta simulación de delito. Los agentes consideran que existen suficientes indicios para creer que esta mujer pudo haber influido en su hija para que, supuestamente, faltase a la verdad a la hora de interponer la denuncia que condujo a una celda de A Lama a los dos detenidos.

Según trascendió ayer, las primeras suspicacias de los investigadores surgieron al cotejar las distintas declaraciones de la niña. Fue entonces cuando apreciaron una serie de incongruencias y contradicciones que les espolearon a seguir indagando para sacar a la luz todo el trasfondo de lo que pudo haber ocurrido.

Al mismo tiempo, una segunda línea de investigación se centró en la localización de nuevos potenciales testigos del intento de rapto. Todo parece indicar que estas pesquisas fructificaron, si bien, ante su sorpresa, estas personas no habrían avalado las afirmaciones de la pequeña, sino que las vendrían a desmentir poniendo en evidencia la falsedad de sus declaraciones.

Esta hipótesis se confirmaría, a juicio de los investigadores, con el análisis de los mensajes que, supuestamente, cruzó la ahora detenida con terceras personas. Las fuentes consultadas precisaron ayer que el análisis de los mismos permite sospechar que no solo estaría reconociendo ante estos individuos que todo era una, por así decirlo, patraña, sino que, de alguna manera, se jactaba de haber logrado que algunas de las personas que comparecieron ante la jueza de instrucción manifestasen lo que ella les sugería.

En el seno del instituto armado se tiene el convencimiento de que con esta forma de actuar, los dos arrestados no solo dieron con sus huesos en una calabozo sino que posteriormente vieron como se decretaba su ingreso en un centro penitenciario. Se les imputaron entonces cargos de agresión sexual, pero se desestimó que se hubiera producido un intento de detención ilegal.

En libertad

Al cabo de unos días, la misma jueza accedió a poner en libertad a los por entonces sospechosos, quienes siempre habrían manifestado que no tenían nada que ver con los hechos con los que se les ha relacionado.

Lo que sí no ha trascendido fueron los motivos que pudieron haber llevado a esta mujer a actuar como se presupone que lo hizo. Asimismo, tampoco se ha concretado si conocía con anterioridad a estas dos personas o si, por el contrario, fueron escogidas al azar.

Las fuentes consultadas precisaron que, a la vista de estos nuevos indicios, la instructora de la causa judicial debería pronunciarse al respecto. Matizaron que lo habitual en estos casos es esperar a que la Guardia Civil le remita las nuevas diligencias y pruebas -incluso, podría llegar a ordenar algún nuevo interrogatorio para reforzar las tesis policiales- para actuar en consecuencia. De este modo, en el caso de confirmar las tesis de los investigadores, lo que parece lo más probable, tendría que emitir un auto archivando el proceso abierto contra los dos detenidos en agosto pasado.

Los arrestos

Según las informaciones de aquellos días, la pequeña empezó a gritar en plena calle poniendo en fuga a dos individuos que, según manifestó posteriormente, la habían abordado. Mientras una de estas personas huía a pie, su supuesto compañero lo hacía a los mandos de una bicicleta. El 24 de agosto del 2014, la Guardia Civil localizó al primero de los sospechosos en el interior de los aseos de un local en el que, supuestamente, se había refugiado perseguido por el padre de la pequeña y un grupo de vecinos. El segundo detenidofue localizado por agentes del instituto armado en una calle de Pontecesures.

Una conducta con reproche penal

El Código Penal español establece penas de seis meses a dos años de prisión, así como el pago de multas, a aquellas personas que imputen en falso hechos de carácter delictivo. Ya el propio texto legal establece que para llegarse a este punto, primeramente, debe existir «sentencia firme o auto también firme de sobreseimiento o archivo del juezo tribunal que hay conocido de la infracción imputada». Lo cierto es que lo ocurrido en Pontecesures tiene reminiscencias con otro hecho sucedido en Málaga donde una joven denunció en falso por violación a cinco jóvenes. Lo cierto es que, en aquella ocasión, ninguno de los señalados llegó a ingresar en la cárcel. La denunciante fue condenada a diez meses de prisión.