El Servizo de Gardacostas de Galicia, sus emblemas y uniformes volvieron a ser ayer motivo de agria disputa en el Parlamento de Galicia. Para Daniel Rodas, que dirigió una batería de preguntas sobre la cuestión, Mar no hace más que intentar suplir con «uniformes e galóns» una «falta de autoridade» que «non lle da a lei» y se interesó por el coste que lo que llegó a calificar de «comportamento quixotesco», con la adquisición de uniformes de gala, tendrá para las arcas públicas.
Lino Sexto, subdirector xeral de Gardacostas, explicó que este año se han desembolsado 50.000 euros para equipamiento y uniformes y subrayó que en los trajes de gala no se invertirá nada porque no habrá trajes de gala, sino uniformes de tipo A, B o C. Sexto insistió en que sí es importante que se visualice la cadena de mando, tanto en actuaciones del cuerpo, como en interacción con otros cuerpos y, en cuanto a las críticas nacionalistas sobre el nombramiento de cargos -a dedo y sin concurso, según Rodas-, señaló que hay una relación de puestos de trabajo que se puede impugnar, aunque algunos son de libre designación. Nada nuevo, por otra parte, dijo, con respecto a etapas anteriores, como en la que gobernaba el bipartito, en el que quien estaba en la cúpula no pertenecía a la escala de guardacostas, como ocurre con el mismo Sexto.
El subdirector xeral anunció, para acallar las críticas sobre el avejentamiento de la plantilla, que en breve se incorporarán 22 nuevos guardacostas, pero no habló de concurso, sino de listas específicas.