Los monarcas se llevaron de su visita a Pereiro tres cartas. En realidad, todas ellas estaban dirigidas a doña Letizia. La primera, escrita por una alumna imaginaria, procedía de la propia AMPA del colegio Ben-Cho-Shey y en ella los padres expresaban sus preocupaciones por el futuro del centro y ponían de manifiesto algunos problemas de funcionamiento, como la necesidad de hacer que los niños madrugasen excesivamente para luego tenerlos en algún caso más de dos horas y media en el aula de espera mientras los autobuses, que consideran escasos, completan las rutas y comienzan las clases. La segunda procedía de siete colectivos preocupados por la situación de los niños con necesidades educativas especiales. En concreto por aquellos que están integrados en aulas de centros ordinarios con minusvalías por debajo del 65 %, a los que, según explican, no se tuvo en cuenta en la orden de la Xunta de ayudas a libros de texto. Recuerdan que estos niños utilizan material especial y no libros convencionales, que es exclusivamente lo que queda cubierto por esos cheques. La tercera carta la firma un pequeño de tan solo cinco años, Ismael Carballo, que padece déficit de la hormona del crecimiento y que pide a la reina que interceda ante la Xunta para que pueda recibir el tratamiento que su familia, con todos sus miembros en paro, no puede costear en la sanidad privada.