Una réplica infantil del puente de Rande enfrenta a ingenieros y arquitectos

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El decano del colegio de Caminos critica por carta que se utilice una obra icónica de la ingeniería para un taller de arquitectura

13 sep 2014 . Actualizado a las 13:44 h.

Era aparentemente un juego de niños. La delegación viguesa del Colegio de Arquitectos (COAG) brindó sus instalaciones en agosto para un taller de arquitectura en el que la actividad estrella era construir una réplica del puente de Rande, levantada con el sistema modular didáctico Lupo. Después comprobaron su estabilidad, e incluso realizaron simpáticas pruebas de carga con sus coches de juguete. Sin embargo, el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Ricardo Babío, no vio esta actividad con ojos cándidos, y el pasado 5 de septiembre le envió una carta de educada protesta a su homólogo en el COAG, Antonio Maroño. En ella recordaba que esta obra fue realizada por el ingeniero de Caminos Florencio del Pozo, consideraba «interesante» divulgar la arquitectura entre los niños, pero mostraba su extrañeza por que se utilizara una obra que es «competencia exclusiva de los ingenieros de Caminos». El juego de niños reabrió la ya larga lucha competencial entre ingenieros y arquitectos en distintos ámbitos de la obra civil. Babío recomendaba que en próximos talleres se utilizaran «ejemplos más procedentes», pues utilizar de nuevo el puente de Rande «puede llevar a los niños al equívoco».

Sorpresa

El decano de los arquitectos, Antonio Maroño, estaba ayer al tanto de la carta, y mostró su sorpresa por la interpretación de los ingenieros. Destacó que el objeto de estos talleres es que los niños reflexionen «sobre el territorio y el paisaje», y cree que el puente sobre la ría de Vigo es un buen ejemplo de intervención positiva del hombre en el medio. «No nos vamos a pelear con los ingenieros para construir puentes», ironizaba Maroño, aunque destacó que Norman Foster diseñó alguno, y que quien hace rascacielos, dice, «es también capaz de construir puentes». Quiso relativizar la actividad, enmarcada en concienciar a los pequeños sobre los efectos de las obras humanas en el territorio, y se mostró sorprendido por la reacción del colegio profesional de los ingenieros.

Por su parte, el decano de este colectivo, Ricardo Babío, defendió el envío de la carta para delimitar las competencias exclusivas de sus compañeros. «Además no es una obra cualquiera, es emblemática de la ingeniería. Yo mismo hice un trabajo universitario sobre ella». El decano justificó su reacción en la «voracidad competencial de los arquitectos» que, en su opinión, también quieren construir puentes, aunque cree que en sus planes formativos no hay nada que les habilite para ello. «Me eligieron para defender mi profesión», concluyó.