Cuando Antonio Fernández Fente vio entrar a los tres policías que iban a detenerlo, levantó las manos y les dijo: «Ya que yo no me atreví, matadme vosotros». Sobre la barra estaba la pistola y en el suelo de la hamburguesería la víctima en medio de un charco de sangre. Agazapado tras la barra, había hecho caso omiso a los gritos de los policías, que le pedían desde fuera que les abriese la puerta.
Parecía estar tranquilo, pero cuando los agentes se acercaron a él y trataron de esposarlo, se revolvió con violencia. Tuvieron que forcejear intensamente con él para ponerle los grilletes. Ya estaba fuera de sí. Unos minutos después, la Guardia Civil lo sacaba del local tapado con una chaqueta y se lo llevaba en un coche patrulla al cuartel.
Dijo que había sido él
Al parecer, el hombre reconoció ante los agentes que le había disparado a su pareja. Lo dijo ayer por la mañana en Chantada el subdelegado del gobierno en Lugo, Ramón Carballo, cuando los periodistas le preguntaron si hay alguna duda de que este suceso es un nuevo caso de violencia de género. «Aínda se están instruíndo as dilixencias -explicó-, pero todo apunta a un acto de violencia machista e, de feito, as primeiras declaracións del apuntan a iso». Carballo añadió que el detenido había «confesado», pero que todavía no ha aclarado por qué había hecho una cosa así. Cuando llegó al cuartel el martes por la noche, presentaba un estado de gran excitación, pero ayer pasó el día aparentemente más tranquilo.
El subdelegado del gobierno también reveló que Antonio Fernández Fente no tiene licencia para tener la pistola que le fue incautada ayer, ni para ninguna otra arma. La Guardia Civil investiga cómo pudo hacerse con ella.
Aún no declaró ante la jueza
El detenido pasó la noche del martes al miércoles y todo el día de ayer en una celda del cuartel de la Guardia Civil de Chantada. Todo apunta a que a lo largo de la mañana de hoy será conducido al juzgado local de instrucción para que la jueza Elvira Cangado le tome declaración.
A pesar de que la Policía Local fue la primera en intervenir, la investigación del caso le corresponde a la Guardia Civil. Agentes de este cuerpo tomaron declaración ayer a los policías locales que hicieron la detención, a la persona que hizo la llamada telefónica que permitió rescatar a la víctima y a familiares y conocidos de la pareja. Tratan de reconstruir lo sucedido y determinar exactamente cómo ocurrió.