La ministra de Fomento, Ana Pastor, fue ayer escueta a la hora de referirse al estado de la autovía del Cantábrico (A-8) y las obras que se están ejecutando para mejorar su seguridad ante las nieblas persistentes y densas que se producen en los dos tramos abiertos en febrero entre Abadín y Mondoñedo. Estas condiciones meteorológicas adversas provocaron el pasado 26 de julio un choque en cadena de decenas de vehículos en el que murió una enfermera y hubo 49 heridos. «Se siguen con las medidas de refuerzo de los sistemas antiniebla para garantizar la seguridad de los conductores», aseguró ayer en Ribeira Ana Pastor.
Entre estas medidas, además de las que se dispusieron cuando se abrieron al tráfico los dos tramos de la transcantábrica, destaca la instalación de carteles y señales de refuerzo de alta reflectancia con las que se limita la velocidad a 80 por hora en situación de niebla, algo que ya está previsto en el Reglamento General de Circulación. También se dispondrán paneles con mensajes variables a la entrada del trazado de montaña de la A-8, para alertar a los conductores de las condiciones meteorológicas o posibles restricciones de tráfico. También se están instalando visibilímetros, estaciones meteorológicas adicionales y balizas de niebla en el pavimento, además de las balizas luminosas que ya se han colocado en los márgenes de las calzadas en tres kilómetros del recorrido.