El verano no concede tregua a los comedores sociales de Cáritas

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARTINA MISER

Hay más trabajo, pero insuficiente para compensar el cierre de los colegios

10 ago 2014 . Actualizado a las 15:00 h.

La demanda de ayuda alimentaria que recibe Cáritas ha crecido en julio en torno a un 15 % con respecto a los meses anteriores, según la impresión recabada de portavoces de las cinco organizaciones diocesanas existentes en Galicia. Los datos de agosto son más difíciles de concretar, porque en este mes los comedores sociales dan vacaciones a sus empleados y los servicios se ofrecen a través de instituciones similares o mediante los bancos de alimentos. La impresión es que, en algunos puntos, hay más trabajo para algunos colectivos usualmente acogidos por Cáritas, como pueden ser ciertos vendedores ambulantes, pero insuficiente para compensar el aumento de peticiones causado por el cierre de los comedores escolares.

Las cinco Cáritas diocesanas de Galicia atendieron el año pasado a más de cuarenta mil personas y gastaron en torno a los 8,1 millones de euros. De ese total, casi tres millones correspondieron a Cáritas Diocesana de Santiago, porque es la diócesis más grande, que acoge a casi el 50 % de la población gallega. Su responsable de prensa, Javier García, observa que el comedor social de Santiago -instalado este mes en el colegio Lasalle- está sirviendo unas 175 comidas al día, frente a las 150 habituales hasta mayo. También en Vilagarcía se nota una mayor demanda, tanto en el comedor de diario como en el rodante, que atiende a las personas incapacitadas para desplazarse de su domicilio. El comedor de Ourense, según informa Fina Ulloa, ha incrementado la cifra de menús que se sirven a las familias en un 16 % en julio.

A más crisis, más generosidad

El gasto de Cáritas en Galicia ha aumentado en unos 1,2 millones de euros en el 2013 con respecto al año anterior, con crecimientos tan notorios como el 25,8 % observado en la diócesis de Mondoñedo-Ferrol y el del 23,8 % que se registra en la de Santiago. «En tiempos de crisis, la generosidad aumenta», afirma José García Gondar, párroco de Carballo y organizador de uno de los servicios parroquiales de ayuda social más completos de Galicia, con comedor, centro de día, banco de alimentos, servicios de formación, albergue, etcétera. «Cuando se hace un llamamiento -añade-, todo el mundo responde».

Las comidas y la ayuda alimentaria en su conjunto es lo más urgente, pero no la partida principal de gasto. «Estamos atendiendo sobre todo alquileres y los recibos propios de la vivienda, como los de agua, gas butano y electricidad, y eso normalmente cuesta más que las comidas», asegura Vicente Iglesias Martelo, director de Cáritas Interparroquial de A Coruña.

¿Y los ingresos? ¿De dónde vienen? Las cifras de Cáritas Diocesana de Santiago son representativas: la mayor partida procede de donaciones, colectas y legados; luego vienen las subvenciones de entidades privadas; a continuación las públicas y luego, las colectas. «Siempre tenemos que estar muy agradecidos a los donantes -añade Iglesias Martelo-, incluso a los más pequeños. La colecta que se hace un domingo al mes en las parroquias ha bajado un poco, se nota la crisis, pero lo compensa la mayor generosidad de algunos colectivos, empresas, fundaciones como la de Amancio Ortega o la Barrié, el Ayuntamiento. Cuando un empresario dona 20.000 euros, ya nos arregla el mes».