Cada verano Baiona se multiplica por cuatro. El Concello gestiona en invierno una cómoda población de 12.035 habitantes, pero llegado el verano el vuelco es brutal. Muchos de los turistas que se instalan son clientes fieles, que poseen una segunda residencia en la zona.
«Nosotros llevamos viniendo de Madrid desde que éramos pequeños con nuestros padres», dice Andrés Lafuente, uno de esos habitantes estivales de la villa marinera. Lo confirman los hosteleros. «En verano no paramos, todos los días trabajando muchísimo para luego tratar de pasar el invierno», dice Manuel Naveira, dueño del restaurante Naveira, situado en la calle Elduayen.
Un indicador es el nivel de basura recogida: «las 18 toneladas diarias recolectadas por los servicios de limpieza se convierten en casi 50 diarias en julio y agosto», afirma el alcalde, Jesús Vázquez.
Los ingresos obtenidos en verano les ayudarán a muchos a sobrepasar el tedioso e inactivo invierno de la villa.