Fisterra, algo más que el Camino y la bonita puesta de sol

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. Lado CEE / LA VOZ

GALICIA

Dos peregrinos de camino a Fisterra.
Dos peregrinos de camino a Fisterra. JOSÉ MANUEL FERREIRO< / span>

04 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En el primer semestre del año pasaron por el albergue público, el que expide las fisterranas 9.407 peregrinos, lo que representa casi cerca del doble de los 4.990 habitantes que tiene Fisterra. Si se tiene en cuenta que muchos se quedan en albergues privados, otros no cumplen los requisitos para recibir la acreditación y todavía muchos más visitan la localidad por simple turismo, en coche u otro medio de transporte, parece claro que se trata de uno de los puntos de Galicia cuyo poder de atracción crece con mayor celeridad. La culpa la tiene la mística del fin del mundo, el encanto de la puesta de sol, pero hay mucho más. Fisterra conserva todavía buena parte de su esencia marinera, con una lonja adaptada a las visitas, un patrimonio histórico importante y uno más inmaterial, como toda la tradición de los naufragios en sus costas, difícil de equiparar. Si a eso le suma una potente gastronomía de producto fresco, quedan en el olvido muchos pequeños detalles aún por mejorar.