Año y medio de explotación en Vigo

E. V. Pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

Una banda reclutó a un discapacitado psíquico portugués en Viana do Castelo y lo obligó a montar atracciones y a trabajar en la finca de sus jefes en la ciudad gallega

29 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Fiscalía de Vigo sigue adelante con dos denuncias contra sendas bandas que, supuestamente, explotaron en régimen de semiesclavitud a dos discapacitados psíquicos del norte de Portugal, a los que tenían aterrorizados y les obligaban a trabajar de sol a sol y a dormir en una caravana en la ciudad gallega. En un caso, el Ministerio Público ya ha redactado el escrito de acusación por un delito de trata de seres humanos en concurso con una explotación laboral. En otro, hay denuncia.

El primer caso destapado se remonta al 2010 y el 2011. Dos desconocidos le ofrecieron 10 euros al día a un vecino de Viana do Castelo con minusvalía psíquica por montar atracciones de feria. Al llegar a Vigo, no vio nada del salario prometido y lo sometieron a condiciones abusivas. Tenía que vivir en una caravana estacionada en la parroquia rural viguesa de Lavadores, cerca de sus jefes, que lo vigilaban. De sol a sol, debía mantener en funcionamiento las máquinas de la feria. Cuando el grupo no salía de gira, tenía que trabajar en la finca de sus jefes.

Constantemente era sometido a agresiones verbales y a situaciones de violencia, y en dos ocasiones lo golpearon. Durante un año y medio no logró escapar, pero en las Navidades del 2011, el discapacitado pidió permiso para ir a visitar a su familia a Portugal y le concedieron las vacaciones. Una vez en el país vecino, escapó y presentó una denuncia.

Tras una investigación que requirió varios años, la Fiscalía de Vigo presentó la denuncia definitiva en diciembre del 2013.

El segundo caso ocurrió en la misma época. En enero del 2010, un vecino de Póvoa de Varzim con discapacidad intelectual fue captado con el mismo sistema. Sus reclutadores le prometieron 200 euros al mes por trabajar de aparcacoches, lo que le pareció buen negocio porque él vivía en un ambiente marginal y de miseria.

Gorrilla a la fuerza

La Fiscalía cree que fue fácil de que cayese en el engaño. Lo trasladaron a Vigo y lo colocaron de gorrilla en las cercanías del Hospital Meixoeiro. Allí mismo vivía en una caravana pero en condiciones insalubres y sin una cama donde echarse.

La víctima pronto descubrió que había caído en un engaño porque sus jefes se quedaban con todo el dinero que recaudaba a diario como aparcacoches. A él no le daban el salario prometido y recibía amenazas. Estaba completamente vigilado, pero aprovechó un descuido y en febrero, un mes después de su captura, escapó y denunció en un juzgado a sus explotadores laborales.

En octubre del 2013, la Fiscalía presentó un escrito de calificación que pide la condena de los responsables de su cautiverio. El caso está pendiente de que el juzgado dicte el auto de apertura de juicio oral.

Ambos casos tienen un denominador común con otros clanes desmantelados, y en proceso de juicio, que mantenían en régimen de semiesclavitud a personas vulnerables de las zonas rurales de Portugal a las que atraían con falsas ofertas de trabajo. Una vez reclutados, cruzaban rápidamente la raia en furgoneta y eran trasladados a trabajar de sol a sol a distintas zonas de España. Uno de los lugares predilectos eran los viñedos de La Rioja vendimiar. Los recolectores debían entregar todo su dinero a sus captores, que los aterrorizaban con amenazas y golpes. Hasta ahora no se sabía que esos clanes habían operado en Vigo, aunque hubo un juicio en que un denunciante argentino acusó a un feriante de Redondela de no pagarle y de tenerlo casi esclavizado aunque, en ese caso, había problemas personales por medio.