A partir de agosto, los documentos incluirán el DNI y el número de la Seguridad Social
23 jul 2014 . Actualizado a las 10:54 h.La tarjeta sanitaria cambia. Desde el mes de agosto, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) emitirá los nuevos documentos, adaptados a la normativa estatal de diseño de las tarjetas. El Sergas las remitirá a los domicilios de los pacientes.
La administración sanitaria ya ha hecho llegar los nuevos diseños a los médicos. Según los mismos, a los que ha tenido acceso La Voz, son muy similares a los actuales. Pero como el cambio en las tarjetas responde a un pacto entre todas las autonomías españolas, se asigna a cada paciente un código del Sistema Nacional de Salud (SNS), para que el carné sea reconocido en todo el territorio.
En el caso gallego, el documento remodelado incluirá también el DNI del paciente y el número de la Seguridad Social. Ambos datos eran optativos. En el último caso, según el Sergas, es para que no se produzcan problemas cuando un ciudadano pase de asegurado -ciudadano con sanidad de pleno derecho- a beneficiario. También varía el código que identifica al servicio emisor de la tarjeta sanitaria, aunque esto no tiene ninguna relevancia para los pacientes. Se mantiene el CIP, el código que identifica a la tarjeta sanitaria, que se genera a partir de la fecha de nacimiento del ciudadano y algunas letras de su nombre. Además, se incorpora un código de barras en el cartón.
Después del acuerdo entre comunidades autónomas, el Consejo de Ministros aprobó crear una tarjeta interoperable para los sistemas sanitarios de todas las autonomías. El BOE lo publicó en octubre para definir las características que debería contener. Los ritmos de implantación de cada comunidad son diferentes y no hay un plazo claro para que entre en vigor.
El primer intento de crear una tarjeta sanitaria única para toda España, o al menos con validez en todo el territorio, viene del año 2001, cuando el Gobierno español de entonces llegó a anunciarla.
Precio
Ahora mismo, el Sergas cobra 10 euros por cada tarjeta sanitaria. Hasta ahora solo se cobraban las renovaciones por deterioro o pérdida. Según los datos de un concurso público licitado en el mes de diciembre, cada tarjeta le cuesta al organismo sanitario 44,5 céntimos, 22 veces menos de lo que cobra.