Los padres de Asunta Basterra rompen su pacto

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Rosario Porto cambiará su defensa al ver que Alfonso Basterra la implica veladamente en el crimen. Su abogado advierte: «Prefiero tener al enemigo enfrente que al lado» SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO

09 jul 2014 . Actualizado a las 14:33 h.

«Rosario no se esperaba esto, que le echaran las culpas de cosas como que la niña fuese drogada a clase de música. No sabe a cuento de qué viene esto, pero yo ya le he explicado que a mí la defensa me la hace menos difícil, porque siempre digo que prefiero tener al enemigo enfrente que al lado». Así de rotundo, contundente y con un claro tono de advertencia se mostraba ayer el abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, tras visitar de urgencia a su patrocinada en la prisión de Teixeiro. El motivo del encuentro no era otro que analizar la inesperada situación de ver cómo su exmarido y padre de Asunta, Alfonso Basterra, en su escrito de defensa, descarga en ella algunos de los puntos más oscuros del crimen de la niña de Santiago, asesinada presuntamente por sus padres el 21 de septiembre del 2013.

Salvo en su primera declaración judicial, en la que Rosario Porto llegó a confesar que Alfonso Basterra la maltrataba físicamente y que era él quien le suministró a Asunta los «polvos blancos» de los que la niña le habló a sus profesoras para explicar por qué acudía a clase adormilada, ambos habían ido hasta ahora de la mano en sus defensas. Motivos tenían. Estaban en el mismo barco. La Guardia Civil en todo momento sostuvo que ambos habían actuado conjuntamente en el crimen de su hija. Una línea de investigación que se ha plasmado en los escritos de acusación. El fiscal los acusa a los dos de idear y ejecutar de mutuo acuerdo un plan para acabar con la vida de la pequeña drogándola con un sedante -Orfidal-, atándola de pies y manos para evitar que pudiera defenderse y asfixiándola hasta la muerte con un pañuelo de papel o un objeto blando similar. Por ello, pide la misma pena para los dos, 18 años de cárcel, que la acusación popular, que ejerce Clara Campoamor, eleva a 20 años.

Ese pacto de no agresión, ese acuerdo en la línea de defensa de los padres de Asunta, ha durado nueve meses y medio. Ayer saltó por los aires al conocerse el contenido del escrito de defensa que la abogada de Basterra, Belén Hospido, presentó en el juzgado. En él, el padre de la niña se desmarca de la actuación de su exmujer. Y no solo eso, la deja sola y siembra dudas sobre ella. Una actitud que muestra que en el juicio él intentará buscar la absolución aunque eso suponga complicar aun más las cosas a Rosario Porto.

Basterra admite haber adquirido el Orfidal con el que presuntamente se drogó a la niña, pero asegura que «inmediatamente» después de comprar todas las cajas del sedante se las entregó a Rosario Porto y que era ella «quien las guardaba y administraba en su propio domicilio».

Pero el padre de Asunta va más allá en sus insinuaciones y afirma que los días de julio y septiembre en los que la niña no asistió a clase por estar indispuesta, presuntamente porque le habían suministrado Orfidal, la pequeña había pernoctado en casa de su madre y no en la suya, como señalan el fiscal y la acusación popular en sus calificaciones provisionales.

Como colofón de su clara intención de desmarcarse de su exmujer, Basterra insiste en que no abandonó su casa en toda la tarde del día del crimen y asegura que su hija salió «en perfecto estado» de su piso tras haber comido juntos. Y más aun, añade que Rosario Porto no solo mintió a la policía al decir que había dejado a Asunta en casa haciendo los deberes, sino que también lo engañó a él. «Ni ese día, ni en los días siguientes al fallecimiento de la menor, supo que la niña había acompañado a su madre a dicho lugar -la casa de Teo, donde se sitúa la escena del crimen-, pues la señora Porto le contó que la había dejado en el domicilio haciendo los deberes, y mantuvo esa versión hasta días después del fallecimiento de su hija», señala su letrada.

Rosario Porto no se lo esperaba. Su abogado tampoco, que habla de «sorpresa total» y «otro golpe» para su clienta, aunque para Aranguren es una demostración de que «en contra de lo que se decía, no había una defensa conjunta. Ahora se ve bien. Él no la culpa directamente, pero sí descarga sobre ella», explica.

El letrado, no obstante, sigue sin ver ningún elemento que le permita culpar del crimen a Basterra, pero advierte: «Si cada uno tira por su lado yo también podré hablar de elementos que desde el principio me han llamado la atención, como que hubiese cuerdas iguales en la pista en la que apareció el cadáver y en la casa de Teo, en un lugar que todo el mundo sabía que iba a registrar la policía. Eso no me cuadra», dice Aranguren, dejando la puerta abierta a que quizás el padre de Asunta podría haber tratado de dejar elementos para incriminar a la madre en el asesinato. ¿Será esa la nueva línea de defensa de Porto? Quizás haya que esperar hasta el juicio para saberlo.