El sector pesquero español, ejemplo de resistencia

La Voz

GALICIA

06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las políticas pesqueras a nivel europeo y español, y las de las organizaciones regionales de pesquerías (ORP), persiguen la pesca sostenible de los stocks de peces, moluscos y crustáceos, y las distintas medidas de gestión para lograrla, deberían ser de importancia capital y subrayadas por las Administraciones responsables en el Día de los Océanos.

No debemos tener complejos, sino sano orgullo, de ser un país que sabe pescar bien, con los mejores profesionales del mundo y con todas las modalidades de artes. Ni por saber aprovechar, con una pesca responsable y sostenible, unos recursos vivos que la Naturaleza pone a disposición del hombre casi desde que este evolucionó para poder hacerlo. No tengamos miedos ni complejos, sino al contrario, de ser un país pescador, aunque partes interesadas intenten degradarlo con falsedades como de pescar demasiado o emplear malas prácticas. Detrás de las acusaciones de «depredadores» o «piratas» hay oscuros e interesados objetivos.

Algún día se reconocerá y se escribirá sobre el empuje y el valor del sector pesquero español, auténticos y arriesgados emprendedores -sobre todo desde que se ampliaron de 12 a 200 millas las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los países ribereños-, y sobre la lucha contra las injustas y biológicamente innecesarias condiciones de pesca impuestas a España en su entrada en la UE, que siguen vigentes y agravándose.

En esos casi 40 años, la pesca española ha dado ejemplo de coraje, capacidad de adaptación, inventiva y de colosal resistencia ante muchas adversidades injustas que hoy permanecen y a las que se añaden otras nuevas por presiones políticas y de grupos conservacionistas a los que las autoridades pesqueras de Bruselas son en exceso obedientes e increíblemente sensibles. Pero, pese a tantos años de dificultades injustas e innecesarias, el sector ha actuado como un colchón amortiguador en la caída socioeconómica de las comarcas que conforman el litoral español. Los Gobiernos españoles de esas cuatro décadas deberían agradecerlo.