Las pérdidas son superiores al millón de euros en ingresos en la lonja y a esto hay que sumarle el temor que se cernía de perder la campaña de verano
06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Buenas noticias para el sector marisquero en la ría de Pontevedra después de un año de cierres casi continuos por marea roja, la pérdida de la campaña de Semana Santa y la amenaza de quedarse también sin la Festa da Ameixa de Campelo de esta semana. La Consellería do Mar anunció ayer que las embarcaciones del sector de a flote y los 300 mariscadores de las agrupaciones de a pie podrán regresar a trabajar en los bancos. Es la noticia que todos esperaban y a la que casi no daban crédito después de una situación sin precedentes que ha forzado un ERE en la lonja y en una de las tres cofradías, y que ha creado una situación de inestabilidad económica en cientos de familias en la comarca de Pontevedra.
La marea roja es el resultado del ciclo natural del fitoplancton, los microorganismos acuáticos de los que se alimentan los moluscos. Es un fenómeno al que están acostumbradas las cofradías, pero que este año se ha convertido en un gravísimo problema porque en seis meses los mariscadores pontevedreses apenas han trabajado unos días.
Primer reto en días
Las pérdidas son superiores al millón de euros en ingresos en la lonja y a esto hay que sumarle el temor que se cernía sobre este colectivo de perder también la campaña de verano. El primer gran compromiso para abastecer al mercado de esta temporada tendrá lugar en unos pocos días. El fin de semana se celebra la Festa da Ameixa, pero sin producto de la ría, el Gobierno de Poio estaba dispuesto a no llevarla a cabo. Si la marea roja no regresa, las cofradías pondrán todo su empeño para recoger almeja suficiente.
La patrona mayor de la cofradía de San Telmo, María del Carmen Simón, confía en que sí serán capaces y en la misma línea se manifestó la presidenta de la agrupación de mariscadores de a pie, Marina Buceta. Mañana y el martes los barcos de a flote estarán trabajando ya en los bancos, mientras que las mujeres se les sumarán en las playas el miércoles -no pueden hacerlo antes porque no hay marea adecuada-. Las esperanzas de todo el sector están puestas en el verano para superar uno de los peores ejercicios en décadas.