La portavocía del PP, en sede vacante y sin cónclave convocado

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Paula Prado, en una rueda de prensa como portavoz del PPdeG, en febrero.
Paula Prado, en una rueda de prensa como portavoz del PPdeG, en febrero.

Pese a que han transcurrido ya 25 días desde la caída de Paula Prado, Feijoo ni ha despachado aún su relevo con Rueda

29 jun 2014 . Actualizado a las 12:53 h.

Lugo, 20 de enero del 2013, decimoquinto congreso del PPdeG. Fumata blanca... y habemus Paulam. Comenzó aquella mañana la labor de Paula Prado como portavoz del Partido Popular de Galicia, un pontificado a la postre un poco como el de Juan Pablo I, o sea, brevísimo. Porque apenas duró una tercera parte de lo que se preveía: ni un año y medio, hasta el 4 de junio del 2014. Desde esa fecha, el púlpito de los de la gaviota permanece en sede vacante, huérfano de titular. Y así continuará durante un tiempo indefinido. De momento, ni siquiera hay cónclave convocado.

La figura del portavoz de los conservadores la instauró su líder, Alberto Núñez Feijoo, en mayo del 2009. Recién reconquistada la Xunta, el de Os Peares adujo para crearla que se trataba de una pieza clave en el organigrama, fundamental para limitar la exposición mediática de Alfonso Rueda, por aquel entonces solo secretario xeral del PPdeG y conselleiro, y ahora también vicepresidente del Ejecutivo. «Será a liña de comunicación directa entre o partido e a xente», proclamó.

Para ocupar el cargo, Feijoo eligió a Antonio Rodríguez Miranda, un ourensano del 67 que no tardó ni un año en verse envuelto en un escándalo por el cobro irregular de dietas parlamentarias. Su jefe, sin embargo, lo aguantó, a finales de diciembre del 2012 lo nombró responsable de Emigración en San Caetano y al mes siguiente, en el congreso de Lugo, lo relevó por una Prado a la que quería premiar por toda el agua que había tragado en el naufragio del Concello de Santiago. Pero también le salió rana la segunda inquilina del atril. De verbo ácido, azote de la oposición, a la compostelana no le quedó otra que dimitir hace 25 días, pasadas ya las elecciones europeas, después de que su implicación en la operación Pokémon la hubiese dejado súbitamente muda.

De ahí que ahora Feijoo se tome la elección de sustituta con calma, para que a la tercera vaya la vencida de verdad. Y también, cuenta su entorno, porque desde la caída de Prado ha priorizado otros frentes: el fiasco del gobierno municipal de la capital de Galicia, la minicrisis en la Xunta, la agenda institucional... De hecho, sobre quién debería sentarse en la silla de Prado, todavía ni ha despachado con Rueda, su número dos, el hombre con quien suele consultar este tipo de cosas.

Al no tratarse de un cargo estatutario, Feijoo podría señalar a la nueva portavoz tras reunirse consigo mismo e informando luego en nota de prensa. No obstante, prevé solemnizar la designación en una junta directiva, en un comité de dirección o bien en uno ejecutivo. Difícilmente alguno de ellos vaya a tener lugar antes de la segunda quincena de julio, por mor de la celebración antes de los congresos locales de Ferrol, Pontevedra y A Coruña. De hecho, en el PPdeG hay quien no descarta que la carrera de la sucesión se aplace hasta la vuelta de agosto. A esa meta no se sabe quién llegará. En la línea de salida, hoy, espera por lo menos una corredora: la parlamentaria arousana Marta Rodríguez Arias.