La Inspección de Traballo sanciona al sector por permitir personal ajeno en los sepelios

La Voz

PONTEVEDRA CIUDAD

27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las empresas funerarias añaden a su lista de quejas las imposiciones que aseguran que se producen, sobre todo en el entorno del área de Vigo, en las parroquias más pequeñas, donde afirman que muchos curas imponen a una persona de su confianza para las tareas de enterramiento en el cementerio. «Nos dicen que tienen compromisos con gente determinada, casi siempre personas mayores y con bajos ingresos, para que aceptemos que sean ellos quienes realizan esas tareas», apuntan los empresarios.

Dicha práctica, según aseguran ellos mismos, les ha costado la imposición de sanciones por parte de la Inspección de Traballo que ya ha mandado a más de un inspector a entierros para verificar la legalidad laboral de los que forman parte en el entierro». «Es otras de las presiones que nos suelen hacer los curas que no se avienen a una transparencia como la que demandamos. O aceptamos a quienes nos imponen en los cementerios en los que no hay personal fijo o corremos el peligro de una escena justo en un momento tan comprometido como es el entierro de un cliente o familiar», relatan.

Las celebraciones con cuatro o cinco curas es otro de los aspectos denunciados ante el arzobispado. Las funerarias localizan en el área de A Estrada, el norte de Pontevedra y el sur de A Coruña dicha práctica como más generalizada. «Aparecen los cuatro o cinco de siempre en todos los entierros de cada zona para garantizarse unos 50 euros al día por cabeza o cada dos días», afirman las funerarias que piden a monseñor Barrio que limite formalmente a un máximo de tres celebrantes la participación en los funerales.