PP y PSOE negocian solos la reforma electoral tras el plante de AGE y BNG

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Puy abre la mano a modular el recorte de diputados para intentar atraer a los socialistas

21 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A la anunciada ausencia de AGE se sumó ayer el abandono del BNG. Los dos grupos mayoritarios del Parlamento gallego, PP y PSdeG, abrieron ayer sin más invitados la negociación de la reforma de la ley electoral, un texto impulsado por los populares con el objetivo de reducir de 75 a 61 el número de diputados de la Cámara autonómica.

El portavoz del PP, Pedro Puy, y su homólogo del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, iniciaron las conversaciones en ponencia, cerrada al público, conscientes de antemano de que la posibilidad de llegar un acuerdo es casi imposible, pues toda la oposición coincide en rechazar cualquier cambio en el número de escaños por entender que se hace a costa de reducir la representatividad y la pluralidad política.

Aun así, el PP abrió la mano a modular más el recorte previsto inicialmente, de catorce diputados menos, a modo de guiño a los socialistas. Puy recordó ayer que la reducción proyecta «non é inamovible», como tampoco lo fue el umbral mínimo de diputados por provincia, fijado por ley al menos 10, aspecto que los populares intentaron mantener, pero que después accedieron a rebajar el umbral a 8 escaños para corregir los desequilibrios que se producirían entre circunscripciones en favor de las de Lugo y Ourense. Hecha esta modificación, el jefe del grupo popular entiende que ahora su propuesta es «exquisitamente neutra» en términos de proporcionalidad por provincia.

Pero el PSdeG no mordió en cebo, al menos de momento. Méndez Romeu insistió en que sobre el recorte de escaños no hay nada que hablar, y menos disfrazándolo con el pretexto del abaratamiento de costes, y en este sentido recordó que su grupo ya planteó una propuesta con varias medidas en las que se apostaba que el Parlamento siguiera operando con 75 diputados, los mismo que tiene el País Vasco pese a tener menos habitantes, pero con el coste que tendría una Cámara de 61 representantes.

Ahora bien, PP y PSdeG sí intentarán pactar aspectos accesorios de la reforma electoral, como el régimen de incompatibilidades de los diputados o la declaración de bienes.