Carolina Bescansa: «Se ha llegado ya al momento de que el miedo cambie de bando»

Carlos Punzón
Carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Estima que la corrupción ha penetrado en la estructura política de Galicia

19 jun 2014 . Actualizado a las 09:10 h.

Su firma ha quedado para la historia junto a las de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero como una de las tres que secundaron oficialmente el nacimiento de Podemos. Analista de estrategia política en la Universidad Complutense, Carolina Bescansa (Santiago, 1971) está convencida de que la sociedad se ha puesto a caminar en busca de su propio futuro. Mantiene que Podemos no ha hecho más que empezar su construcción y que se entenderá con quien busque la transformación democratica, eso sí, si comparte su método de todo a votación.

-El 1,2 millones de votos les ha hecho pasar de la calle a las instituciones, pero también a construir la casa por el tejado.

-El objetivo era llevar a las instituciones la mayoría social. Y aunque Podemos está en construcción, y por tanto en proceso, hemos demostrado que aún en proceso usando la democracia como método y la participación como guía fundamental se consiguen grandes resultados.

-¿Su espectro ideológico también está en construcción o Podemos es sin matices de izquierda?

-Podemos nace porque la diferenciación entre izquierda y derecha se encuentra desbordada. La realidad social de nuestro país está construyendo nuevos acuerdos por encima de la distinción política clásica. Hay grandes acuerdos en la sociedad sobre la corrupción, sobre la recuperación de la soberanía, de la democracia y la transformación del modelo económico por encima de la diferencia entre izquierda y derecha.

-Pero Podemos genera interés pero también miedo.

-Durante muchos años la mayoría de las personas hemos tenido miedo a los que nos gobiernan. Muchos tenemos miedo a ponernos enfermos, a quedarnos sin trabajo, a que nos echen de nuestras casas, a no tener dinero para el material escolar de nuestros hijos... pero se ha llegado ya al momento de que el miedo cambie de bando y dejemos de ser las mayorías de la sociedad las que tenemos miedo y lo empiecen a tener los corruptos y los sinvergüenzas. Miedo da que la gente busque en los contenedores, o el tercio de niños que están en riesgo de pobreza.

-¿Se puede hacer frente a esos miedos desde el asamblearismo?

-Resulta inquietante escuchar que alguien cuestione que la democracia participativa sea compatible con la eficiencia. Entonces acabaremos cuestionando si la democracia es compatible con una seguridad social solvente o con un sistema educativo que funcione. La forma de gobierno que tenemos sí que ha demostrado su ineficacia a la hora de resolver los problemas de la gente.

-¿Cómo asumen el reto de las municipales tras sorprender como lo hicieron en las europeas?

-Primero tenemos que dotarnos de la organización que queremos tener y luego decidir si vamos a presentarnos o no y cómo. Lo que es seguro es que las decisiones relevantes en Podemos no se van a tomar entre cúpulas de partidos reunidas con otras cúpulas de manera secreta. Tomaremos las decisiones de forma democrática y con la participación de todos los que lo deseen.

-¿Como analista de estrategia política qué cree que le viene mejor a Podemos, presentarse como marca diferenciada o buscar alianzas con grupos rupturistas?

-El proyecto de transformar en sentido democratizante este país y recuperar la soberanía necesita del apoyo de mucha gente, no sobra nadie, sería una quimera pensar en conseguirlo solos.

-¿AGE podría ser uno de esos puentes de entendimiento?

-Respetamos a todas las organizaciones y especialmente a las que están en contra de los recortes y a favor de la soberanía social. Pero tenemos nuestro método de participación abierta que aspiramos a extender y generalizar. Esa es la premisa. Puede haber acuerdos concretos con muchas organizaciones, pero nosotros defendemos nuestro modelo.

-¿Cómo ve desde Madrid la situación de Galicia?

-En Galicia se está llevando a cabo de manera muy obediente las políticas de recorte que impone el Gobierno central. Por no hablar de la corrupción con la que estamos viendo cosas intolerables y que visibilizan hasta dónde la corrupción política en Galicia ha penetrado en la estructura del Estado. Lo del ayuntamiento de Santiago no tiene nombre, y lo que hemos visto sobre Feijoo y sus reuniones con narcotraficantes convierten en sospechosos a gente que acumula en su historial zonas de sombra muy difícilmente defendibles. Por eso la sociedad está pidiendo un cambio profundo.