El crack generacional liquidaría las mayorías absolutas en Galicia

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

AGE y Podemos fragmentaron la izquierda, pero también se empiezan a nutrir del PP

16 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Una de las tendencias más relevantes que apunta la encuesta poselectoral de Sondaxe probablemente sea la del crack generacional, esa enorme desconexión que muestran los votantes más jóvenes, rebeldes y seguramente los mejor formados de la historia, con el sistema tradicional de partidos. Es un síntoma que ya se empezó a dibujar en las autonómicas gallegas del 2012 y que sin duda va a tener implicaciones para el futuro inmediato, así que harían mal las fuerzas que ahora mismo están mejor posicionadas para dirigir las instituciones, el PP y el PSdeG, en no tomar nota de ello si no quieren caer en la insignificancia.

Vamos por partes. Detengámonos en la generación de entre 18 y 24 años, la que empezó a votar cuando la crisis económica ya aplastaba sus expectativas como una losa de granito. Por cada voto que PP, PSOE o BNG obtuvieron en esta franja de edad, AGE se alzó prácticamente con tres y la plataforma Podemos se llevó algo más de cinco. Y los dos partidos troncales del sistema no mejoran demasiado el margen tampoco en el siguiente tramo, votantes de entre 25 y 34 años, en el que la plataforma liderada por Pablo Iglesias obtuvo en las pasadas europeas tres sufragios por cada uno del PP y el doble de los que recibieron los socialistas.

La dinámica que juega en favor de la nueva cultura política tiene un refrendo generacional, pero también en el ámbito urbano. Son los electores de entre 18 y 34 años los que están más convencidos (6 de cada 10 así lo creen) de que Podemos es un invento que llegó para quedarse, y la tendencia es bastante más acentuada en las ciudades que los municipios menos poblados.

Es evidente, por tanto, que Podemos y en menor medida AGE, ya sea juntos, revueltos o por separado, están abriendo una brecha importante en el bipartidismo gallego, teniendo en cuenta, eso sí, que el bipartidismo por estos lares acostumbró a incorporar al Bloque de muleta para sostener al PSOE en pie. Es algo que avanza generacionalmente, pero también de forma rápida, porque no hay que pasar por alto que el grueso de los votos de estas dos formaciones no están entre los más jóvenes, sino en la generación nacida en los años sesenta.

Fragmentación caótica

Por el momento, la irrupción en escena de las nuevas marcas de Pablo Iglesias y de Beiras se tradujo en una fragmentación caótica de la izquierda, pero Sondaxe también revela que empezaron a nutrirse con mayor intensidad de votantes desencantados con el PP. Y lo que augura eso es un mapa político en el que quedarían liquidadas las mayorías absolutas.

Ahora bien, hay algunos elementos que no están recogidos en la encuesta que también corregirán esta tendencia. De un lado está el ámbito electoral, porque no son iguales unas europeas que unas autonómicas, en las que vota el casi el doble de gente y donde las circunscripciones provinciales provocan que a AGE le cueste un escaño 22.000 votos y al PP, solo 16.000. Y el otro es la reforma electoral que se tramita en el Parlamento, que reducirá en un 20 % el número de escaños, lo que encarecerá mucho más la representación de las fuerzas minoritarias o intermedias, pero no tanto la más votada en las cuatro circunscripciones.