Podemos desnuda en Galicia al bipartidismo nacionalista

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Algunos de los que trataron de minimizar la influencia de Pablo Iglesias están ya recogiendo sus bártulos y marchándose a su casa, caso de Rubalcaba

02 jun 2014 . Actualizado a las 11:40 h.

Sobre las consecuencias que tendrá en la política nacional la irrupción de Podemos y de su líder, Pablo Iglesias, se ha escrito ya casi todo. Algunos de los que trataron de minimizar esa influencia, que trasciende el porcentaje de votos obtenido, están ya recogiendo sus bártulos y marchándose a su casa, caso de Rubalcaba, o abocados a hacer lo que menos les gusta, reconocer errores, caso de Rajoy y otros dirigentes del PP. Pero algo menos, y con menor tino, además, se ha escrito sobre lo que podría significar que un partido como Podemos se estabilice en Galicia como un referente político permanente y no se quede en una anécdota puntual, fruto de la actual crisis económica y de la brillantez mediática de su líder.

De entrada, Podemos le ha hecho daño al bipartidismo que representan PPdeG y PSdeG porque el mensaje de «la casta» cala en Galicia igual que en el resto de España. Pero, por más que le lluevan elogios de buena parte de los damnificados, a quien ha hecho daño real y de verdad es al otro bipartidismo, el que representan el BNG y AGE, que parecían monopolizar el discurso izquierdista y antisistema en Galicia, vinculándolo siempre a un rechazo a España y a lo español. La potencia con la que irrumpe Podemos demuestra que no es necesario trufar de nacionalismo ese discurso indignado para ocupar en Galicia el espacio político del rechazo a las dos grandes fuerzas que representan el PP y el PSOE. Y que había ahí en Galicia un caladero de votos de gente a la que el nacionalismo le repele o se la trae el pairo, pero que no están dispuestos a ser gobernados por los de siempre y con los mismos métodos de siempre.

Por más que Beiras y Pablo Iglesias se deshagan en elogios mutuos, y por más que el líder de Podemos trabajara hace dos años en el equipo que asesoró a Esquerda Unida en su exitosa fusión con Anova en AGE, a quien ha venido a disputarle el voto en Galicia Pablo Iglesias es a Beiras y al BNG. Y ahí es donde va a trabajar a partir de ahora. El líder de Podemos aprendió en aquella campaña de los métodos de Anova, principalmente en lo que afecta a las redes sociales y los sistemas de financiación. Pero, estudioso de los rivales como es, entendió también donde están los los límites y las debilidades del nacionalismo gallego.

Podemos enseña que el descontento social o el discurso antisistema no tienen por qué acabar siendo siempre en Galicia el combustible del nacionalismo. Y, por otra parte, demuestra que para lanzar discursos incendiarios y anticapitalistas desde la izquierda no es necesario recurrir permanentemente al insulto, la teatralización y el tremendismo, ni culpar siempre a Madrid de todos los males de Galicia. Podemos tiende de la mano y llama a la unidad de las fuerzas gallegas de izquierda. Pero es a esas fuerzas a las que resta y restará votos. Y lo hará, además, hablando en español.

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