Beiras, del puñetazo a la «ausencia» de O Hórreo

Domingos Sampedro
D. Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El portavoz de AGE, aquejado de una dolencia discal degenerativa, reduce su protagonismo en el Parlamento

25 abr 2014 . Actualizado a las 09:22 h.

Ayer se cumplió justo un año del día en que Beiras protagonizó su segundo zapatazo en el Parlamento gallego. En realidad no blandió el zapato al estilo Kruschev para increpar a Gerardo Conde Roa, como en 1993, sino que su ira la dirigió al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, al que se aproximó para dar un puñetazo en la mesa de su escaño. Aquellos eran los días en que la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, ya podía preguntar lo que quisiera al presidente, que Xosé Manuel Beiras siempre acababan acaparando los focos y el protagonismo, pese a que nunca tuvo la palabra en las sesiones de control.

Pero esa etapa tocó a su fin. Beiras, en gran medida de forma deliberada, se fue diluyendo de forma paulatina en el Parlamento, proceso que se aceleró a partir del pasado mes de octubre, cuando estalló la crisis en el grupo de Alternativa Galega de Esquerda por la renuncia de David Fernández Calviño al escaño para ocupar un puesto de investigador en Dinamarca.

Desde entonces, Beiras ni siquiera acude a las sesiones de control en las que interviene Feijoo ni a casi ninguno de los debates. Curiosamente, sí acostumbra a hacer acto de presencia en O Hórreo a la hora de las votaciones, acude puntual a defender los asuntos que se le asignan, pero su labor parlamentaria se ha visto reducida al mínimo, pues a los 78 años no es fácil mantener el ritmo y la agenda que tenía hace dos décadas.

Con todo, desde su formación política aseguran que Beiras se volcará junto a Lidia Senra en la campaña de las elecciones europeas de mayo. Hasta que el cuerpo aguante. Y el cuerpo ya empieza a mostrar signos de agotamiento debido a la dolencia discal degenerativa que Beiras tiene diagnosticada y que le causa no pocas molestias físicas y que, en breve, le obligará a pasar por el quirófano, según aseguran en su entorno.