Un funcionario que recibió un poncho mexicano y hacía encargos de zapatillas

La Voz

GALICIA

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los agentes del Seprona detuvieron a un jefe de aduanas del aeropuerto de El Prat porque las maletas cargadas con las hormonas pasaban sin ningún tipo de control. Los investigadores creen que el funcionario y el mexicano que las traía podrían tener amistad y estar compinchados. El agente lo negó categóricamente en su declaración y dijo que la maleta del sudamericano fue revisada muchas veces.

Sin embargo hay declaraciones de personas que aseguran que quien traía las dosis recibía un buen trato en el aeropuerto, tanto es así que cuando no había taxis lo llevaban los vigilantes. Supuestamente el jefe le hacía encargos de zapatillas deportivas de los últimos modelos. En una ocasión incluso le trajo dos pares sin pedirlos para aprovechar un dos por uno. El cabecilla de la trama también explicó que le había regalado un poncho mexicano y una botella de brandi al funcionario, si bien aclaró que no le daba dinero. «Nunca admití regalos ni dinero y en 30 años mi expediente está limpio», declaró el jefe a los investigadores.

En la maleta siempre venían pieles de chinchilla con un certificado veterinario para que entraran sin problemas. El portador decía que tenía una granja de conejos en México y que vendía las pieles. El día que lo esperaron los agentes del Seprona entre las pieles traía 4.700 dosis de vacuna. Declaró que hacía viajes a España con la mercancía cada tres meses desde los últimos cuatro años y medio. Esa era la cantidad de envases que solía traer el acusado, aunque en su declaración dijo que por término medio portaba unas 2.000. Esa cantidad era la que le colocaba trimestralmente al repartidor de Cantabria.