En el 2013, los usuarios gallegos dejaron de asistir a 874.938 consultas
18 abr 2014 . Actualizado a las 10:10 h.En pleno debate sobre el mal uso de la sanidad, los datos sobre la incomparecencia de pacientes a consultas médicas que habían solicitado previamente resultan reveladores. A lo largo del año 2013 se perdieron cada día en los hospitales y en los centros de salud gallegos 3.542 citas por ausencia de los enfermos. En total fueron 874.938 las consultas que los médicos no pudieron atender porque los solicitantes no se presentaron a ellas, una cifra que dividida entre los 247 días hábiles del año -se excluyen los fines de semana y los festivos, cuando la actividad asistencial se limita a las urgencias y hospitalizaciones- deriva en esas 3.542 atenciones perdidas cada día.
Según los datos de la Consellería de Sanidade, en todo el 2013 los pacientes gallegos dejaron de acudir a 386.052 consultas de enfermedad y salud en los hospitales de la red pública. Es el 9,46 % del total de citas programadas, 4.079.328 en todo el año. Visto de otra manera, fueron 1.563 los usuarios de la sanidad pública que cada día dejaron de asistir a una visita concertada en el hospital.
El porcentaje baja un poco si se tiene en cuenta lo ocurrido en ese mismo período con las consultas de medicina familiar y pediatría de los ambulatorios. En números redondos, la cifra de citas perdidas fue mayor que en los hospitales, 488.886, cada día 1.979. En porcentaje, es el 3,35 % de los algo más de 13 millones de atenciones solicitadas. La suma de hospitales y centros de salud arroja un total de 17.079.328 consultas concertadas en el 2013 -69.147 cada día-. De ellas, 874.938 no pudieron celebrarse porque los pacientes no acudieron a la visita. En total, la pérdida de consultas fue del 5,12 %.
Los diez minutos perdidos
Calculando un tiempo medio de diez minutos por consulta, y suponiendo que esos huecos no hubiesen podido ser cubiertos por otros pacientes, el resultado es que en todo el año 2013 la sanidad pública gallega habría perdido 8.749.380 minutos en citas que no llegaron a celebrarse. O, lo que es lo mismo, 145.823 horas o 16,6 años con sus 364 días y otras tantas noches.
En realidad, esa pérdida de tiempo y de recursos se aminora porque, conscientes de que cinco de cada cien pacientes no acudirán a su cita, suelen concertarse más consultas de las que un médico puede atender en el tiempo que tiene disponible. De esta manera, cuando un paciente no asiste suele haber en la sala de espera otro enfermo dispuesto a ocupar su lugar. De otro modo, el perjuicio para el sistema sanitario sería enorme.