Una semana para ver pisos

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Aunque no haya gangas como las de A Mariña, muchos visitantes aprovechan estos días para explorar la oferta inmobiliaria de la costa

17 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Una segunda residencia con vistas al mar parece ser, todavía, el sueño de muchos españoles. Las inmobiliarias con oferta de pisos y chalés en la costa gallega están recibiendo estos días numerosas visitas de familias de vacaciones que buscan esa residencia ideal. Pero no hay gangas como las de A Mariña en el resto del litoral gallego. El récord se alcanzó hace dos años, cuando el Santander lanzó una oferta para vender 76 pisos en la urbanización Lúa, de Barreiros, a partir de 19.900 euros. La noticia se divulgó al instante por toda España y acudió gente de todo el país. La venta de todos los pisos se cerró en unas horas. Los 35.500 euros por los que se ofrecen ahora pisos en Costa Reinante, también en Barreiros, siguen siendo un precio de excepción.

También en esta ocasión hay, detrás de esos precios de saldo, una entidad financiera que busca sanear sus activos, como señalan desde Javier Tovar, una de las principales inmobiliarias de Pontevedra. Sus mercados principales son la capital y Sanxenxo. En la ciudad, donde lo que se busca es primera residencia, ha habido un ajuste importante de precios, pero la demanda sigue muy contraída, de modo que continúa prácticamente monopolizada por los pisos que oferta la banca. En cuanto a las segundas residencias, la demanda está más viva en Semana Santa, especialmente en Sanxenxo, pero las numerosas visitas no se traducen en ventas: aquí no hay gangas.

En Vigo y en las villas costeras de su área de influencia los precios descienden moderadamente; en el centro urbano ya se han estabilizado. Y la demanda, aunque algo mayor que hace un año, se centra sobre todo en el segmento de alquiler. Si se trata de comprar, se busca el escalón más bajo y predominan los compradores que quieren pagar en efectivo, sin hipotecarse.

En A Coruña y sus playas el fenómeno es parecido. Las inmobiliarias reciben visitas pero no cierran contratos. Los pisos más lujosos del centro urbano han ajustado precios, pero en niveles todavía muy altos. En los pueblos de la costa, la rebaja de precios no consigue animar la demanda. Como ejemplo, el chalé de Fraga, en una situación privilegiada sobre la playa de Perbes, sigue a la venta por 1,8 millones de euros.

La excepción mexicana

Solo encontramos una excepción a la atonía generalizada de ventas: el segmento de las grandes casas, blasonadas o no. También aquí hay un bum de clientes que quieren ver pero «hacen muchas ofertas buscando precios atractivos», según comenta Elvira Fafián, directiva de una de las principales inmobiliarias dedicadas a ese tipo de oferta. Sin embargo, señala que han concentrado a sus comerciales en Galicia ante la llegada estos días de numerosos clientes mexicanos, de alto poder adquisitivo, algunos descendientes de gallegos y otros no, que buscan segundas residencias de lujo en pazos y casonas. Sus preferencias: que tengan grandes fincas, que haya ríos en las proximidades y que estén bien comunicadas con los aeropuertos.