Alberto Núñez Feijoo: «Hay banquillo para sucederme»

M. Cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

«No es culpa del capitán del barco haber vivido cinco años de una absoluta tormenta»

13 abr 2014 . Actualizado a las 22:48 h.

Alberto Núñez Feijoo (Os Peares, 1961) cumple el viernes cinco años al frente de una Xunta cuya escalera de salida, asevera, aún no sabe si terminará subiendo o bajando en el 2016.

-Echando la vista un lustro atrás y volviéndola al presente, hay más paro, menos habitantes, más deuda pública, menos trabajadores, más pobreza... Presidente, ¿en qué ha sido usted bueno para Galicia?

-Hace un tiempo, Albor me dijo: «Si en España desde el 2009 hubiésemos gobernado como en Galicia, España tendría ahora menos problemas». Y, aunque haya gente que pueda no estarlo, yo estoy de acuerdo con eso.

-Vamos, que si hubiese gobernado España no habría crisis...

-No, no. Yo no he dicho eso, en ningún caso. Lo que está claro es que, si en Galicia hubiésemos gobernado desde el 2009 como Zapatero, los efectos de esa experiencia mejor no imaginarlos.

-Zapatero. Así, ya, de primeras...

-Es que hemos cambiado la política y las políticas. Y, echando la vista atrás, creo que ha merecido la pena. Porque tenemos que comparar Galicia con el resto de España: hay comunidades más ricas intervenidas. Tampoco nadie puede discutir que la crisis ha pegado fuerte, y que en el año anterior a mi toma de posesión el paro subió en 50.000 personas, la afiliación a la Seguridad Social bajó en 50.000 y las cajas estaban en situación próxima a la suspensión de pagos.

-No vaya al 2008. 2009-2014.

-Pues hemos bajado las listas de espera, construido infraestructuras hospitalarias, aumentado la capacidad de la FP, incrementado las plazas en escuelas infantiles, residencias, centros de día... Y las cifras son contundentes: Galicia es la segunda comunidad en la que menos ha bajado el PIB, la segunda donde menos ha crecido la deuda pública, la tercera donde menos ha aumentado el déficit... Además, sinceramente, no creo que sea la culpa del capitán de un barco haber vivido cinco años de una absoluta tormenta constante.

-¿Y ese barco llegará a puerto?

-Yo no voy a quitarme la palabra crisis de la boca porque, mientras tengamos el paro que tenemos, seguiremos en crisis. Con independencia de eso, en las cartas de navegación se prevé que esa tormenta se convierta pronto en mar de fondo.

-¿Su momento más pleno?

-Lo que más me ha satisfecho es habernos anticipado al resto en casi todo, que hemos mantenido el pleno autogobierno de Galicia pese a la crisis y que, honradamente, hemos parado una tendencia que era peligrosa.

-Estará particularmente orgulloso de algo en concreto...

-Quizás de que, después de cuatro de años de crisis, el pueblo gallego nos haya recompensado con 41 escaños. Le voy a hacer una confidencia: eso hasta se lo comentó la señora Merkel al señor Rajoy, le extrañó.

-¿Y el trago más amargo?

-Angrois, sin duda.

-A toro pasado, ¿qué hubiese hecho de otro modo?

-No hemos explicado bien que no estamos gestionando la sanidad, la educación y los servicios sociales para salir del paso, sino para seguir adelante.

-Pues mirando hacia adelante, ¿qué le queda por hacer?

-Definitivamente, acabar de enterrar la crisis, pensar todos los días en esos 276.463 gallegos sin trabajo, internacionalizar más la economía, seguir asegurando el futuro de las prestaciones públicas y mantener la solvencia de la comunidad.

-Recientemente, en la Feira do Cocido de Lalín, que es anual, aseguró: «Me quedan dos cocidos». Curioso sitio para deslizar que no se presentará a la reelección en el 2016, ¿no?

-Yo no puedo contestar una pregunta para la que no tengo respuesta en este momento. Ni siquiera me la he hecho.

-Usted, que alardea de previsible y previsor, ¿de verdad ni se ha planteado la reelección?

-Honradamente, no. Se lo puedo asegurar. No entra dentro de mis prioridades. Es pronto aún.

-Bueno, de funcionario estuvo seis años, en el Sergas cuatro, en Sanidad también, en Correos tres, como conselleiro dos y pico y en la oposición una legislatura. Sería raro que pasase más de ocho años haciendo lo mismo...

-[Ríe] Bueno, se ha movido mucho el banquillo, la verdad.

-¿Y para sucederlo a usted? ¿Para eso hay banquillo o no?

-Si en su momento hubo banquillo para suceder a Fraga, ¿cómo no va a haberlo para sucederme a mí? ¡Claro que sí!

«Nos interesa Vigo por encima de la vanidad de alguno»

A Feijoo no le salen las cuentas para reponer los derechos recortados al funcionariado.

-Cuando le bajó el sueldo a los funcionarios, prometió que volvería a subírselo en cuanto la economía mejorase. Según usted, lo segundo ya está sucediendo. ¿Lo primero?

-Siempre agradeceré a los empleados públicos lo que están haciendo por Galicia. Pero no tengo 150 millones de euros al año para eso. No tengo holguras en la sanidad, en la educación, en los servicios sociales... Y, si quiero pagar 150 millones más cada año, los tengo que sacar de algún sitio. Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los empleados públicos, si estuviesen en mi lugar, harían las cosas como yo. Por supuesto que me gustaría que los ingresos de Galicia nos permitieran ir reponiendo capacidad adquisitiva a los empleados públicos...

-A ver, en enero del 2015 les va a reponer el salario, ¿sí o no?

-Insisto: no tengo 150 millones en este momento. Y el año que viene Galicia tendrá que recortar su déficit público al 0,7 % del PIB; es decir, gastar aún menos.

-Con la reforma fiscal, como con la energética, local y judicial, parece que el Gobierno amigo no lo será tanto. ¿Va a dejar ahí también que le muevan los marcos o esa leira no se toca?

-Es muy difícil ser ministro en España, el país más descentralizado de la UE y en un escenario económico muy complejo. Pero es evidente que ese sistema tiene que consensuarse.

-¿Tragaría con que le restasen autonomía tributaria?

-No se puede plantear un sistema financiero disminuyendo capacidad. Y nuestros interlocutores en Madrid lo saben.

-Su interlocutor en Madrid, Rajoy, acaba de dar a Galicia solo un pasaporte para el Parlamento europeo, el de Millán Mon. No parece gran cuota esa, más bien la de la xarda...

-[Riendo] Bueno, yo sentí mucho lo de Carmen Fraga, que vino hace meses a decirme que no quería seguir y que era una decisión irrevocable, algo muy fraguiano. En todo caso, no plantearía este tema contando cuántos eurodiputados lleva cada quien. Lo que sí puedo asegurar es que el que llevamos es de nuestro partido, sabe y tiene a Galicia como su prioridad.

-Las listas que no terminan ustedes de armar son las de las municipales en la ciudades...

-En el otoño empezaremos.

-En Vigo, complicado, ¿no?

-En Vigo se han visto una serie de cosas: el compromiso de la Xunta con infraestructuras clave, como la depuradora y el hospital, y que, para que haya un gobierno allí, es necesaria la participación del partido mayoritario en la ciudad, el PP. Y lo único que había en Vigo hasta ahora era mucha vanidad...

-Pues acaban de hacerle la ola a esa vanidad, aprobándole los presupuestos a Caballero...

-El mensaje que hemos intentando lanzar a la gente es que nos interesa Vigo por encima de la vanidad de alguno. Los ciudadanos son inteligentes y han visto que el PP es imprescindible.

-¿Irán imputados en sus listas?

-Con carácter general, no.

-«Con carácter general»...

-Yo no le puedo asegurar el mil por mil. Sí le aseguro el 999.

-Extraña norma esa.

-Es que no es lo mismo imputado que condenado. Honradamente, hay que ser contundente contra la corrupción y, para serlo, no cabe la precipitación.

-¿De veras cree que le está haciendo frente del modo en que la sociedad se lo pide?

-Desde luego, le estoy haciendo frente con toda la honestidad que puedo. Hemos sido contundentes. Y lo seguiremos siendo.

-¿Cómo en Santiago? Allí, 10 de los 13 miembros del gobierno están imputados, algunos en varias causas, y no pasa nada.

-Ya han pasado muchas cosas.

-¿Ah, sí?

-Sí. Y, si hay más actuaciones judiciales claras y concretas, podrán pasar más cosas. Y las cosas que ya han pasado probablemente condicionen el futuro.

-Probablemente también lo condicione el hecho de que vaya a permitir que siete concejales compostelanos, a seis días de las elecciones europeas, se sienten en el banquillo de los acusados. ¿Ha ponderado el coste político de esa foto?

-Claro que lo he ponderado. Y claro que no me voy a refugiar en cómo están el gobierno de Lugo y el de Ourense...

-Ya sabe: mal de muchos...

-Sin duda. Y sé que tengo que actuar, lo sé. Y lo haré. Por eso estoy muy interesado en conocer el devenir de las actuaciones judiciales. Porque no puedo hilar una respuesta concreta cuando no hay un proceso completado, cuando no tengo toda la información. ¡Es que no puedo!

-¿Y usted sí podría seguir siendo presidente si estuviese imputado y lo estuvieran igualmente seis de sus ocho conselleiros? Porque, al cambio, la proporción es esa...

-No me veo yo en ese supuesto. Insisto: cuando uno está imputado por delitos de corrupción en sentido estricto, en mi opinión, eso es incompatible con un cargo político. Pero hay que saber distinguir entre eso y problemas con temas administrativos o referidos al ejercicio de las funciones de cada uno.

-En el partido tiene una portavoz que, tras verse salpicada por la Pokémon, lleva muda un mes. Al menos, paradójico, ¿no?

-Lo paradójico es exigir responsabilidades políticas a alguien que ni está imputado.

-¿Ha llegado a presentarle la dimisión Paula Prado?

-Como persona responsable y cabal que es, me ha trasladado que está a nuestra absoluta disposición para lo que veamos.